Desde hace unas semanas, en el Ministerio de Agroindustria el clima es de muy poca gestión y prevalece un distendido ambiente de trabajo administrativo. Por lo menos es lo que se muestra.

La figura del ministro Leonardo Sarquís (ex Monsanto) aparece en todas las conversaciones por un supuesto mensaje de contenido privado que, al mismo tiempo, si se diera a conocer lo eyectaría de un salto espectacular y ruidoso de la gestión pública.

Pudimos ver un mensaje de watsapp del que todos hablan, pero por razones de ética periodística (se trata de un chat privado) sólo haremos mención del rumor. Es que a veces los asuntos privados desbordan hasta la esfera de lo público, o de la gestión pública. En eso anda ese culebrón, pero hoy la noticia era otra, aunque algo vinculada con la anterior .

En los pasillos comenzaron a repetir la “novedad”, y como es sabido, en la administración pública (y sobre todo en una repartición tan chica), los secretos tarde o temprano dejan de ser secretos.

Lo que se hizo público en la tarde de ayer no tiene nada que ver con lo privado, pero también da cuenta de un asombroso relajo en el trabajo de los funcionarios del sector.

Por la mañana del viernes, este cronista se reunió con tres testigos que presenciaron una situación que en los próximos días (de no mediar un poderoso y posible cerco informativo) debería convertirse en un escándalo de proporciones.

Lo que aseguran empleados vinculados a la “Dirección de Carne Vacuna, Aviar, Porcina y otros”, que por lo menos hasta estas horas dirige el médico veterinario Sergio Mariani, es que hubo un operativo policial por orden de la Justicia para detener al funcionario, que habría escapado por aviso de la guardia de seguridad (“Están subiendo por el ascensor a buscarte”, le habrían advertido), y que en el afán de huir habría olvidado uno de sus teléfonos.

“Encontraron un chat donde pide 500 mil pesos a una firma, y dice ‘de acá no muerdo yo solo’”, aseguró un trabajador de la repartición a Info BLANCO SOBRE NEGRO. Es un empleado que desde hace meses nos repite la versión de ese chat que por estas horas estaría haciendo pasarla muy mal al ministro Sarquís.

El vínculo entre ambos ralatos salvajes es una mujer que por el secuestro del teléfono esta mañana recorrió varios despachos rogando que su imagen no aparezca en algún intercambio de mensajes jocosos del funcionariado de Agroindustria. Parece una de Almodóvar, pero recargada.

(Vale poner en contexto la situación de las empresas que debería monitorear el funcionario involucrado: están ligadas al sector avícola, entre otros, violan normas ambientales y/o laborales, y atraviesan una durísima situación que hace que incumplan más frecuentemente con la normativa que las regula)

Hoy pudimos chequear la versión sobre lo más grave, más allá los dimes y diretes que abundan: el supuesto pedido de importantes coimas, y la denuncia correspondiente. Nos lo confirmaron todos los empleados que vieron el operativo. Lo que nadie quiere, es dar testimonio con nombre y apellido sobre los detalles del chat que pone en evidencia el pedido de coimas. “Que por otra parte ya era un secreto a voces. Hacían mucho ruido, parecen amateurs”, agregó nuestra fuente, una avezada trabajadora cerca de jubilarse, y que vio pasar gestiones de todos los colores partidarios.

“No tengas dudas de que ese teléfono no va a dejar dormir a nadie durante todo el fin de semana”, le dijo a este cronista una empleada de Agroindustria. Y agregó: “Hace rato entre los empresarios hay mucha bronca, y en reiteradas oportunidades hicieron gestiones apelando a legisladores provinciales para pedir que el subsecretario de Calidad Agroalimentaria y Uso Agropecuario de los Recursos Naturales, Sergio Robert, los recibiera”.

“Aparentemente querían quejarse de Mariani por supuestos pedidos de coimas. Pero es Robert quien lo trajo a la gestión, trabajaron codo a codo en el SENASA, así que es probable que los empresarios, hartos de que nadie los escuchara, y de recibir aprietes, hayan decidido avanzar con la denuncia”, agregó la entrevistada.

La versión más fuerte entre los trabajadores es que Mariani habría quedado involucrado en un diálogo por watsapp en el que se extorsionaba a los propietarios de las firmas, y que esa charla fuera grabada en el celular que se olvidó al salir rápidamente del lugar mientras los policías subían el ascensor. “Que le incautaron el teléfono no quedan dudas, fue a la vista de todo el personal”, aseguró el empleado, que vivió de cerca el operativo.

En horas del mediodía hablamos con empleadas directas del supuesto cajero de la repartición, que nos dijeron, muy amablemente y con sumo cuidado, los clásicos “Mariani no se encuentra”, “Nos avisaron que hoy no va a venir al Ministerio” , “Nos enteramos de lo que sucedió ayer pero no tenemos más información”, y “Es cierto, la Justicia le incautó el celular”.

Cuando se retiraba de Torre Administrativa I, este cronista escuchó un grito de alguien que salía del ascensor. Es un dirigente histórico de UPCN, de otro ministerio. Terminaba de escuchar el mismo relato de parte de afiliados que lo habían convocado preocupados por el devenir de la causa judicial, presuntamente.

“En realidad me querían contar todas las versiones que circulan, incluida esa de Sarquís, que es desopilante, por decirlo de alguna manera”, explicó el gremialista. Y lanzó a modo de despedida, mientras descendía lentamente por los escalones que dan a calle 12 y 50: “Seguilo a José Luis Fité, el responsable de la Dirección de Auditoría Agroalimentaria”. “¿Por qué?”, preguntamos. “Es el otro”, respondió, lacónico, y con pocas ganas de embarrarse en un caso que recién empieza y este portal da a conocer cuando todavía no fue informado por ningún medio de comunicación.