Según confirmó este portal, ni la comuna ni la empresa responsable de la recolección de residuos (Esur) avalan “campaña alguna que se realice pidiendo dinero en nombre del servicio”.

No hubo, de acuerdo a los testimonios de los comerciantes consultados, ni maniobras extorsivas ni amenazas, pero a todas luces se trata de una de las tantas microestafas que proliferan al calor de la crisis social.

Varios de los testimonios dan cuenta de lo evidente que es la falsa campaña. Gustavo Peña, propietario de un maxi kiosco ubicado en calle 48, también criticó a los agentes municipales que controlan el tránsito: “Les dijimos que había un grupo mintiendo en nombre de los recolectores de la basura, y en vez de ir a buscarlos se nos rieron”, contó el pequeño comerciante.