martes 23 de abril de 2024 - Edición Nº -1966

Información General | 9 dic 2018

Gran mayoría de jóvenes

River festejó también en La Plata, bajo una lluvia torrencial y en la clásica esquina de 7 y 50 / VIDEOS

Desde que empezaron los festejos en 7 y 50, este portal tomó imágenes y dialogó con algunos hinchas que se juntaron a vivir su propia fiesta. Llovía muchísimo, pero los y las fanas del Millonario gritaron su furia contenida, tras semanas de demoras en la definición de la final de la Copa.


Se acordaron de Boca, de los hinchas de Boca, de Daniel Angelici, de Mauricio Macri, y por supuesto, más que de todos ellos, de River y de su emblema cada vez más grande: Marcelo Gallardo. A los hinchas platenses del Campeón de América no les importaba nada de nada. Gritaban y saltaban como canguros, pasados por agua, afónicos y lógicamente muy felices.

Apenas terminó la final, Info BLANCO SOBRE NEGRO se acercó al punto de reunión que congrega a los platenses cada vez que hay campeonatos para festejar. Esta vez coparon la parada cientos de hinchas de River que llegaron, aguantaron la lluvia torrencial y se iban, mientras llegaba más gente que no podía dejar de cumplir con el rito sagrado de nuestra pequeña urbe.

Sobre calle 50, una decena de chicas adolescentes llegaban cantando y algunas se acercaron a dialogar con este portal. Contaron que se habían reunido en la casa de una de ellas, que habían tomado fernet, cerveza y casi nada de agua, y que son de varias escuelas de la Ciudad. “Nos conocemos porque algunas juegan al hockey juntas, y el resto se fue enganchando”, contó “Mecha”, que sacaba pecho y gritaba el clásico: “Es para vos, es para vos, bostero. p.. la p.. que te p…”.

Unos pibes que se habían ido a ganar unos pesos con su puesto de choripán, entre tanto, hacían maniobras para proteger al carbón de lo que arrancó siendo una lluvia potente y terminó siendo un baño de agua colectivo y a cielo abierto (ver video).

También llamaban la atención el incesante circular de coches que llegaban a la celebración, se asomaban, daban vueltas y seguían su marcha. Es difícil calcular cuánta gente había en 7 y 50, porque los hinchas llegaban, se sacaban las ganas, gritaban, saltaban y se guarecían de la intensa lluvia que caía en la tarde cada vez más oscura y fría. También es difícil porque el cronista de este portal habrá calculado en un lapso de diez minutos que pasaron unos 50 coches vestidos de rojo y blanco, pero las familias no bajaban a gritar por la intensidad de la lluvia. En muchos autos se veía a gente mayor y niños, y el coche era un buen lugar para festejar pese al temporal.

Los vendedores de banderas coincidían en el relato: no habían hecho, cuando ya los festejos llevaban más de media hora “ni dos mangos”, como maldecía un joven que buscaba algo de dinero para llevar a su casa: “No soy de River, pero está todo bien. Sólo quiero ganarme algún peso pero nadie compra nada y hay como diez más vendiendo banderas”.

“Muñeeeco, Muñeeeco”, se oía entre canción y canción, y una hora después de que comenzaran los festejos ya eran muchos los grupos de hinchas que se alejaban. Con ellos, el cronista de Info BLANCO SOBRE NEGRO. A las dos cuadras se veía ir por calle 50 y la esquina de 9 una barra de borrachos del tablón pero sin tablón, con las botellas en alto como si fueran copas de metal dorado. Ya era todo confusión: agua a raudales, gente que llegaba, otra que se iba, autos que tocaban bocina y se quedaban, otros que seguían de largo y mucha pasión. En eso, como en el fútbol-deporte, los argentinos estamos bien a tope. Lástima que mercaderes de saco y corbata lo quieran hacer dinero. No tiene precio.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias