Hace poco más de una semana, dirigentes gremiales y sindicales docentes se reunieron en Casa de Gobierno para debatir las mejoras salariales de este año. Sin embargo, y a pesar de la cercanía ideológica del FND (Frente Nacional Docente) con el kirchnerismo, el Ejecutivo rechazó de plano un aumento del 61 por ciento, que era lo que los gremios pedían.

La intención de los gremios era exigir un aumento a su salario mínimo de 3.416 pesos, a 5.000 pesos o al menos igualarlo al salarió mínimo, vital y móvil (de 3.600) para recién ahí empezar a discutir mejoras. Desde el oficialismo no se habló de porcentajes, pero se les propuso a los gremios una paritaria de acuerdo anual.

Desde las entidades gremiales todavía se debate la necesidad de abrir negociaciones a mitad de año, ya que consideran necesario hacer un acuerdo a corto plazo debido a la incertidumbre sobre las variables económicas después de la devaluación.

Mientras tanto, el gobierno provincial se mantiene a la espera de un acuerdo a nivel Nación, que le serviría de referencia para determinar negociaciones con los gremios bonaerenses. No obstante, las entidades gremiales están cada vez más lejos de pactar un acuerdo, y varios dirigentes ya adelantaron que no comenzarán las clases hasta que se normalice la situación salarial.

Mirta Petrocini, titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), comunicó hace pocos días que no se iniciará el ciclo lectivo “si el el gobierno provincial no da respuesta al pedido de incremento salarial". Petrocini aseguró que la docencia está de pie y “dispuesta a luchar hasta las últimas consecuencias”.

Por su parte Roberto Baradel, jefe del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba), ya había indicado que con el estado actual de las paritarias docentes “las clases no van a comenzar en tiempo y forma”, reiterando nuevamente un pedido a la administración sciolista para que haga “una propuesta formal de aumento salarial”.

Miguel Díaz, secretario general de otro sindicato de peso en la región (UDOCBA), ratificó también que si no se elevaba el salario básico a 6.400 pesos, no comenzarían las clases en la Provincia. “Muchos gobernadores se ponen los carteles del 2015 y no garantizan la educación pública”, sentenció y también denunció una “pérdida sistemática” del salario desde el 2007. Este reclamo implicaría un 78 por ciento de aumento respecto a los 3.600 pesos del mínimo actual, y está muy lejos del 25 por ciento que el gobierno bonaerense estaría dispuesto a otorgar.