Información General | 14 feb 2019
La mancha negra cubre unos 400 metros
Un buque de bandera liberiana derramó petróleo en Berisso y produjo un grave daño ambiental
"Se investigan las causas del derrame de hidrocarburos frente a la costa berissense", informó en un parte la municipalidad de esa ciudad ribereña. "Personal de Medio Ambiente y otras áreas involucradas se encuentran trabajando dentro de sus competencias sobre el derrame de hidrocarburos que se produjo en zonas aledañas a la costa local", agregaron. ¿Es de Liberia la empresa responsable? Te contamos qué hay detrás de la famosa flota mercante liberiana, una plaga que se esparce por todos los mares del mundo.
“Se encuentra actuando Prefectura Naval La Plata y en el orden local tomó intervención la comisaría primera”, detalló la comuna en un parte de prensa.
El comunicado relata las primeras horas luego del grave incidente: “Desde Prefectura Naval se informó que en el día de ayer se tomó conocimiento del derrame de hidrocarburos por parte del buque Straits Sky (IMO 9426635) de bandera liberiana y se observó una mancha que impactó sobre la costa de la localidad de Berisso, abarcando una longitud de 400 metros aproximadamente. La misma se detectó a una distancia aproximada de 1,7 millas náuticas de Playa Bagliardi y 4 millas náuticas de Playa La Balandra”.
“En la oportunidad actúa el Juez Federal Dr. Ernesto Kreplak y la Secretaría de Dr. Schiapiro, quien dispuso el secuestro del buque hasta finalizar la totalidad de las diligencias administrativas y judiciales, en una acción que estuvo a cargo de Prefectura Naval, quien mantiene retenida a la embarcación”, agregaron.
Info BLANCO SOBRE NEGRO se comunicó con voceros de prensa de la comuna. Aclararon que “por estas horas (cerca de las 15) se estudia el impacto ambiental que generó el derrame, con especialistas del área encargada del tema”, y que “al final del día van brindar algunos detalles” sobre el impacto en la flora y la fauna de las costas afectadas.
¿Es de Liberia el buque petrolero? ¿Por qué parece que Liberia fuera una potencia naval y el segundo Estado Bandera del mundo?
Con el título “Liberia, las banderas de conveniencia y el capitalismo corporativo” , “África Fundación Sur” publicó un trabajo en el que se aborda esta “curiosidad”: miles de barcos que llevan una bandera de un país donde hay millones de pobres. Lo compartimos para dilucidar algunas de las preguntas que genera el desastre ambiental ocurrido en Berisso.
Más de la mitad de la flota mundial es registrada bajo las jurisdicciones soberanas conocidas con el nombre de “Estado Bandera” (EP, según sus siglas en francés). En concreto Liberia, Panamá, y las islas Marshall. La ironía de la historia es que estos países no tienen flota nacional. Los barcos proceden de los principales países industrializados como Alemania, Suiza, Países Bajos, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Liberia alberga así más de 509 plataformas petroleras, diez veces más que Estados Unidos. Al poseer el 10% de la flota mundial y clasificado como el segundo Estado Bandera del mundo, los registros marítimos y las multinacionales hacen cuenta de los barcos en su haber, como por ejemplo 1049 navíos alemanes, sumados con los barcos de Hong Kong, los de Rusia, los de Canadá y los de Brasil, entre otros.
Los navieros y los operadores han elegido Liberia deliberadamente por unas razones muy concretas: no solamente el país permite adquirir la bandera por un bajo precio a los clientes extranjeros, esquivando las leyes laborales, las normativas financieras, medioambientales y otras legislaciones nacionales, sino que también les permite moverse con el más absoluto secreto en el mundo marítimo.
Estos Estados de conveniencia han existido desde tiempos inmemoriales y en todas las civilizaciones. Su formalización empezó durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el gobierno americano, las multinacionales americanas y sus aliados utilizaron las banderas de conveniencia para eludir las líneas enemigas con el fin de continuar llevando a cabo sus negocios. Al principio Panamá fue el país utilizado para ello, convirtiéndose en el principal Estado en alquilar su bandera. Pero a Estados Unidos le faltaba el control directo del proceso y el sistema mismo estaba todavía en desarrollo. Por ello, se giraron hacia África, a través del intermediario del Secretario de Estado Edward Stettinius, un antiguo presidente de United States Steel.
Stettinius, tras una breve visita a comienzos de 1940, comenzó a promover Liberia como cabeza de puente americano contra el comunismo. Tras el descubrimiento del caucho y de grandes yacimientos de hierro, a los cuales se suman la mano de obra barata y una situación geoestratégica crucial, negoció y firmó un acuerdo portuario con el gobierno liberiano a nombre de Estados Unidos. Planeaba el desarrollo del puerto de Monrovia por un sistema de alquiler a largo plazo. El acuerdo se firmó durante su mandato.
Aunque se han sostenido argumentos humanitarios principalmente sobre la fundación de Liberia, este Estado es conocido en la historia americana como la única colonia establecida por Estados Unidos, fundada por la American Colonisation Society para acoger a los “esclavos liberados”. En Estados libres como Virginia y Maryland había un gran número de “negros libres” y emancipados “que se encontraban en el Estado pero que no formaban parte de él”.
El presidente de la American Colonisation Society, Roland Falkner, presenta la creación de la república como producto de la filantropía del Sur y no como el resultado de las campañas abolicionistas que vieron la luz más tarde en el Norte, para facilitar la repatriación expiatoria. Pero la situación geoestratégica de Liberia, “un protectorado invisible” (según Rosenberg), surgirá tras la Primera Guerra Mundial como piedra angular de la política extranjera americana.
La idea de hacer de Liberia un país de bandera de conveniencia nació gracias a la influencia de gente con contactos en todas partes, entre ellos Stettinius, a las grandes multinacionales petroleras como Standard Oil y a otras personas como el antiguo miembro del Congreso Joe Casey, fundador de la American Overseas Tanker Corporation (AOTC). Según un inversor de la AOTC, Stanley Klein, un abogado que más tarde recibiría la orden de Stettinius de desarrollar un registro marítimo y de las multinacionales americanas que ondearan una bandera liberiana, los navieros “tenían una gran cantidad de pedidos constantes desde Panamá”. A finales de 1940, más del 70% de los barcos registrados en Panamá pertenecían a los americanos.