Una catarata de tweets que caían desde las cuentas de intendentes peronistas como Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Jorge Ferraressi (Avellaneda) o Gabriel Katopodis (San Martín) terminaron de cerrar el primer paso para ir afinando el lápiz de la unidad peronista.

Con estilo heterodoxo el kirchnerismo le respondió a la jugada táctica de Sergio Massa, que sigue caminando como un funambulista sobre una cuerda tensa que podría romperse con demasiado poco.

Es cierto que su figura (la de Massa) fue subiendo de precio a medida que comenzó a definirse el mapa electoral.

La confirmación de que la UCR se queda con Mauricio Macri para repetir otro acuerdo o hasta que la muerte los separe, terminó de convencer al hombre de Tigre que no hay plan Vidal , y que el “Peronismo Federal” no tiene muchas opciones para transitar. Jugando casi al límite, el jefe del FR dialoga fluidamente tanto con operadores cercanos al kirchnerismo como con los que siguen la senda unificada tras el salmo “no vuelven más”.

Es tactisismo irritante que lo desgasta, pero pese a todo Sergio Massa no da señales de cerrar ningún camino.

“O es un genio o es un loco”, dijo a este portal un dirigente vinculado a Alberto Fernández, en referencia al jefe renovador.

Lo que subyace a todo este mercadeo de noticias, difusión de rumores, amagues y operaciones en los medios masivos de comunicación, es un tema medular que nunca se terminó de zanjar entre los Fernández y los renovadores, y que alguno que otro comunicador menciona casi al pasar.

El Peronismo Federal, en primer lugar, es tan líquido como la Mirinda. Tanto que es un armado que tiene sólo una mesa de cuatro dirigentes y ninguno lleva la voz cantante, ni representa al resto. Eso en la política argentina y en el peronismo se llama tan sólo foto, nunca fuerza política . Es un acuerdo para sobrellevar la coyuntura, el mientrastanto.

El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, piensa en él, luego en su figura, y por último en su propio futuro. Construye frente al espejo. Tan es así que nunca emprendió la tarea de diseñar su propio armado, más allá de bendecir a alguna que otra figura en distritos grandes de esta provincia.

Tiene, como los pocos followers de Miguel Pichetto, un séquito que podría deliberar en un plenario general para el que alcanzaría el Club Sporting. Se vio en lo que difundió días atrás el mismísimo senador rionegrino: él y diez más, como en el fútbol.

El gobernador Juan Schiaretti expresa tan sólo al peronismo cordobés , no tiene un armado que exceda los límites de la provincia mediterránea.

En ese contexto el único que pone en juego ( y en riesgo) su estructura territorial (intendentes, diputados provinciales, senadores provinciales, diputados nacionales y concejales) es sólo Sergio Massa.

Un acuerdo de esa naturaleza tendría un costo para Massa (explicar cómo desandar sus feroces críticas contra CFK, tal como tuvo que hacer Alberto) .

Y también lo obligaría a ceder la centralidad de su propia estrategia. Es decir: dar un paso hacia el escenario de un peronismo reconvertido en el que es aguardado por sectores que lo recelan, o directamente lo rechazan .

Dicho de otra forma, para Massa significaría abandonar un escenario transitorio donde se autogobierna, e ingresar a otro mucho más complejo (el Frente Patriótico, o como se vaya a denominar), que siempre es escenario de disputa potente.

La tensión entre Massa y el núcleo que toma decisiones en el kirchnerismo es cada vez más ruidosa a medida que se acercan los plazos para definir candidaturas. En ese contexto el sábado pasado se gestó la foto que muestra a Kicillof junto a Magario y a la fórmula presidencial.

Massa redobló la apuesta y esta mañana se hizo proclamar candidato para mostrar el tamaño de su aparato , qué largo que lo tiene. Recién a la tarde llovieron los tweets poniendo sobre la mesa la fórmula Axel – Verónica.

“Fueron Cristina y Alberto los que le dijeron a los dos que se mostraran para la foto en Merlo. Es una forma de decirle a Massa que con él o sin él, vamos a avanzar”. Nos lo dijo esta tarde un diputado nacional que sigue de cerca las negociaciones. Lo confirmaron distintas fuentes. Hay otras que ya directamente prefieren alejarse del horóscopo electoral y guardan un calculado silencio.

También Info BLANCO SOBRE NEGRO consultó a varias figuras importantes del Frente Renovador (en estos últimos días) sobre el camino que podrían seguir los dirigentes más destacados de ese partido en caso de que Massa no rubrique la tan mentada unidad peronista.

Nadie cree que su jefe político ensaye una opción que tenga como plan B apoyar a María Eugenia Vidal en la provincia, como desparraman periodistas en diversos medios.

La versión de las últimas horas es que Vidal podría competir llevando como presidentes a Macri en una boleta, y a Massa en otra. En ese experimento sería ella (la primera mandataria, que apuesta a reelegir) una suerte de colectora de sufragios.

El macrismo puro dice, palabras más, palabras menos, que ni locos , que eso es un disparate y que “Macri no va a compartir a su mejor alfil en la Provincia con Sergio Massa”.

Todo parece ser parte de una maniobra del tigrense para lograr ponerse en valor : se sabe que si competiera como candidato a Presidente no tendría a nadie a quien llevar con alguna chance de ganar en el gran escenario bonaerense.

Cada día que pasa parece no mejorar la posición relativa del FR. Pero Massa es hombre de mucha voluntad y todavía conserva un medio fuerte de difusión (América TV), y como no cerró ningún trato con los Fernández, salió de la mira de los grandes operadores en la construcción de la agenda mediática, que por ahora se entretienen esmerilando a Alberto.

Quizá mañana descubran que cruzó la luz roja y sea tapa de Clarín. Eso teme pavorosamente Sergio Massa, acostumbrado a los vínculos afables con el círculo rojo desde el primer día en que se comenzó a alejar del kirchnerismo.

Este es el telón de fondo que explica en gran parte esta danza de nombres, fórmulas, lanzamientos por Twitter, conferencias de prensa, idas y vueltas.

Todos son síntomas de descomposición del sistema de representación política que tuvo en este último tiempo al ex ministro Roberto Lavagna como genio y figura .

En el derrotero fugaz del veterano hombre de chancletas se pueden encontrar muchas claves de esta coyuntura. Lo del veterano economista fue como un viaje a la eternidad. Quizá sea candidato del progresismo (PS + Gen + radicales díscolos), que puesto en relación al rol de articulador de la tercera vía con el que amagaba en el verano, suena a ganar un premio consuelo pero que no consuela.

En conclusión: hoy hubo lanzamientos que apenas son el prólogo de lo que se definirá en los días previos al cierre de listas. Falta poco pero es un montón .

Lo que sabe el líder renovador es que, como dijimos al comienzo de esta nota, camina como un funambulista. Corre el riesgo de caer por impericia, pero también por romper una cuerda que nadie sabe cuánto podrá aguantar tanta tensión.

Y además, el gran armador de la victoria de 2013 contra el kirchnerismo sabe que su tropa tardaría dos o tres minutos en cruzar la línea imaginaria que separa ambos campamentos.

No en vano repiten a coro los voceros de los Fernández frases como la que dijo públicamente el titular del PJ bonaerense, Fernando Gray, en una entrevista televisiva: “Con los dirigentes del massismo hablamos todo el tiempo. La mayoría termina sus mandatos , y si se les garantizamos un lugar aceptable pegan el salto y se suman a la unidad en diez minutos”.