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Información General | 29 may 2019

Opinión

Levantar a nuestra Patria de las cenizas y encaminarla en el sendero del amor y la igualdad

Por Martina Genovart, del Movimiento Ciudadano La Capitana, La Plata.


Al hablar de participación, responsabilidad y compromiso por los destinos de nuestro país, los jóvenes estamos situados en el centro de la escena. La ampliación de la esfera participativa que implicó el voto a los 16 años pateó el tablero político, social y cultural de los últimos tiempos. Los jóvenes, por primera vez, dejábamos de ser simples “turistas” de la política para convertirnos en sujetos activos y partícipes de las decisiones y de los debates que giran en torno al proyecto de país que anhelamos profundamente.

Luego de conocer públicamente varias denuncias de cientos de jóvenes que no figuraban en los padrones provisorios, pero que estaban habilitados para emitir su primer voto en las elecciones nacionales, reafirmamos lo que ya sabíamos: para Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y todo el arco oficialista conglomerado en Cambiemos, la participación juvenil en estos procesos no es uno de los puntos más importantes en el desarrollo social y político de la Argentina. Por los reclamos que crecieron exponencialmente, diversas organizaciones estudiantiles y políticas convocaron a un empadronamiento masivo y exigieron su urgente corrección, y la Cámara Nacional Electoral (CNE) se vio obligada a extender el plazo de publicación de los padrones provisorios hasta el 29 del corriente mes.

Ante este contexto adverso que padecemos todos los argentinos, los jóvenes tenemos la responsabilidad histórica de romper con el discurso de una “juventud perdida” y ganarle la pulseada a quien quiera instalar la cultura de la antipolítica. Y eso sólo lo podemos lograr involucrándonos, formándonos, defendiendo cada derecho conquistado y luchando por erradicar definitivamente de nuestra sociedad el hambre, la pobreza y la desigualdad en todos sus aspectos.

No hay nada más desesperanzador que nos digan que somos el futuro de algo. Nosotros somos más que eso. Somos el presente. Un presente lleno de lucha colectiva, desafíos y motivaciones fundadas en la igualdad de oportunidades, en la distribución equitativa de la riqueza, en la justicia social, en la soberanía política y en la independencia económica. Un presente en donde debatimos, opinamos y decidimos, porque estamos convencidos que la perspectiva de la juventud es fundamental para la reconstrucción de la Patria y el fortalecimiento del proyecto nacional, popular, democrático y feminista.

Pretender jóvenes callados, sumisos y subordinados al poder de turno es de un desconocimiento y de una ignorancia atroz de nuestra historia. No podemos darnos el lujo de ceder ante semejante situación. No debemos bajar los brazos. Eso no está en nuestro ADN, tampoco en nuestra filosofía de vida. Se lo debemos a nuestro Pueblo, a nuestros compatriotas, a los estudiantes que tienen que elegir entre trabajar o seguir estudiando y a los pibes víctimas de un Estado ausente y del gatillo fácil de las fuerzas de seguridad.

Debemos hacerlo por ese objetivo que dejó de ser una utopía para convertirse en una realidad concreta y efectiva: levantar a nuestra Patria de las cenizas y encaminarla en el sendero del amor y la igualdad.

Aunque a Macri y a Vidal no les convenga que los jóvenes votemos en las próximas elecciones, se viene una ola imparable organizada, comprometida y consciente de que otro camino es posible: con esperanzas, con dignidad, con trabajo y desarrollo. Porque así no va más. Porque este año llenamos las urnas de votos para demostrarles en qué vereda está parada la juventud.

Votá, comprometete, ganemos la pulseada. Que este año, con la fuerza de la juventud, a ellos les ganemos.

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