El primer sablazo fue: “La vieja política mete la cola: Amondarain y Rosas trabajan para Garro y bloquean la candidatura de Panella”.

La denuncia estuvo acompañada por una somera explicación de una interna llena de incógnitas: “La lista encabezada por Sergio Panella, Betina Rolfi y Juan Ayerra denuncia serias irregularidades en el cierre de listas de Consenso Federal. A 24 horas del cierre la lista que fuera presentada en tiempo y forma ante escribano público y con el aval de 3 apoderados provinciales “desapareció” de las resoluciones de la junta partidaria provincial. Asimismo, denunciamos que sin aval de los apoderados partidarios fueron modificados las claves de la página web de la Justicia Electoral donde se cargan las listas, e impedidos nuestros apoderados de acceder a la información. Apoyamos y trabajamos por la candidatura de Roberto Lavagna en la convicción de que la Argentina requiere y necesita una renovación ética y democrática. Estas actitudes autoritarias y antidemocráticas no son compatibles con esa idea”.

Y concluye: “Exigimos la legalización de la lista encabezada por Sergio Panella intendente, Juan Ayerra concejal y Betina Rolfi senadora”.

“La lista de Panella tiene como apoderado a un hombre de Barrionuevo, y su primer candidato a concejal es de Barrionuevo. ¿Por qué no le preguntan a él (en referencia al sindicalista) qué hizo con su gente, en vez de señalarnos a nosotros?”, respondió un dirigente allegado a Juan Amondarain ante una consulta de Info BLANCO SOBRE NEGRO.

Este viernes a medianoche vence el plazo para cerrar definitivamente el período de inscripciones en la justicia electoral. Pero desde temprano Amondarain usó Twitter para defenderse de las críticas del otro espacio platense de Consenso Federal. La catarata de tweets que posteó deja planteada su posición con relación a este fuerte contrapunto.

Después María José Scottini, otra postulante a intendenta de la Ciudad, salió a decir de todo sobre el ex diputado massista. Habló de un supuesto “cuadro tarifario” para competir y que va a hacer una denuncia ante la Justicia. Tras los insultos quizá ambos visiten Tribunales, pero ante alguna demanda por daño moral u otra figura legal acorde al tenor de las acusaciones.