Al hablar en Casa de Gobierno en su habitual conferencia de prensa, el jefe de Gabinete pidió que se reconozca el “extraordinario esfuerzo” que realiza el Estado nacional en materia de inversión educativa. Afirmó que “el desafío” ahora es “generar racionalidad en los procesos de negociación” para “seguir construyendo educación pública de buena calidad”.

“El Estado ha hecho un esfuerzo extraordinario en los últimos diez años, pero no sólo el nacional sino también los estados provinciales. Es necesario reconocer este esfuerzo”, dijo Capitanich. Agregó que “los dirigentes sindicales” deberían reconocer cuando plantean “condiciones de trabajo” para los docentes que “para que existan esas condiciones de trabajo”, primero tiene que darse “la necesaria inclusión educativa de nuestros hijos, para que tengan guardapolvos, zapatillas, alimentación y vacunación adecuada para ir a la escuela, que a su vez tiene que tener la estructura edilicia adecuada”.

En este contexto, el jefe de ministros adelantó que el gobierno nacional hará hoy una “propuesta final”, en la reunión prevista con los gremios a las 15. Si bien el jefe de ministros advirtió que “la amenaza de paro anticipado no genera el mejor ambiente en el marco de un proceso de negociación de esta naturaleza”, reafirmó la responsabilidad del Estado nacional de “generar las condiciones de negociación”.

Por eso, dijo, el Estado nacional establecerá hoy una propuesta final “a los efectos de observar la posición de los gremios y, en consecuencia, tomar una decisión definitiva”.

El funcionario reafirmó el objetivo del gobierno de “seguir construyendo educación pública de buena calidad”, y que por ese motivo se invierte en educación, ciencia y técnica, pero también en “asiganación universal por hijo, netbooks, y planes como el plan Progresar”. “Todos los factores que hacen al desarrollo de la educación, la ciencia, la investigación y la tecnología, y la inclusión social educativa”, agregó.

Respecto al salario de los docentes, recordó que en los últimos diez años tuvo una recuperación de su poder adquisitivo del 71 por ciento, “tomando como referencia el peor índice opositor” de medición de inflación.