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Información General | 31 ago 2019

La historia de Andrés Oliva

Lo echaron de una fábrica y ahora corta el pelo por 100 pesos en la piedra fundamental de Plaza Moreno

De lunes a lunes, siempre que no llueva, Andrés Oliva viaja desde Berazategui hasta La Plata para instalar su improvisada peluquería en la Piedra Fundamental de Plaza Moreno. Comenzó con este emprendimiento luego de ser despedido de una fábrica. Otra postal de la crisis económica.


“Soy de Berazategui, vengo todos los días menos los sábados. Me tomo el tren porque es más barato y la silla la dejo en lo de una chica que me ofreció un lugar para no tener que cargarla todos los días”, contó a Info BLANCO SOBRE NEGRO, Andrés Oliva, el peluquero de Plaza Moreno.

Andrés se define como “barbero”. Adempas de cortes de pelo y barba, ofrece perfilado de cejas, mascarillas faciales y tinturas temporales para chicos, siempre a precios populares. El corte está 100 pesos.

“Yo trabajaba en una fábrica de toallitas femeninas. Estaba como empleado eventual por seis meses y al quinto me echaron. Pensaba que iba a quedar efectivo porque tengo experiencia en fábrica pero no pasó y quedé mal parado”, contó Andrés.

Y agregó: “Yo cortaba el pelo como segunda opción laboral y tenía las herramientas. Al oficio lo aprendí en una barbería de Berazategui y después fui practicando por mi cuenta”.

Oliva explicó que decidió poner su barbería móvil en La Plata porque “en Berazategui las plazas no son tan lindas y no hay tanta gente”, y destacó: “Acá en cambio hay personas de todas las nacionalidades y todo el tiempo se juntan en la plaza. Haciendo esto conocí muchísima gente y de a poco me armé una clientela”.

Mientras respondía las preguntas, Andrés le cortaba el pelo a un chico llamado Gabriel que contó: “Yo laburo limpiando vidrios y me queda de paso. Además cuando no tenemos plata él nos corta gratis”.

“Esto de cortar en espacios públicos se hace en Estados Unidos pero como una forma de ayudar a personas en situación de calle. Yo estoy trabajando para mí”, explicó Andrés.

“Es irregular, a veces vienen dos o tres personas y otras diez. Los días que llueve no puedo trabajar directamente”, dijo el peluquero. Consultado sobre la reacción de policías y agentes municipales ante su iniciativa, respondió: “Por suerte nadie me dijo nada”.

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