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Información General | 30 oct 2019

Provincia

Aseguran que en las clases de Educación Sexual relatan "a diario" casos de abuso y hostigamiento

Especialistas en psicología comunitaria y pedagogía social indicaron que dentro de las clases de Educación Sexual Integral se abre un espacio de diálogo con los alumnos donde estos revelan situaciones de abuso, hostigamiento tanto físico como virtual y adicciones.




Situaciones de abuso, hostigamiento tanto físico como virtual y adicciones “se ven a diario” en alumnos de escuelas secundarias de la provincia de Buenos Aires, donde las clases de Educación Sexual Integral (ESI) sirven como un catalizador de episodios complejos que traen los jóvenes, dijeron expertos de psicología comunitaria y pedagogía social.

“Todos los días tengo información de las escuelas de que un chico o una chica habló refiriendo una situación de abuso o maltrato y esto se da porque los jóvenes se animan a contar, se sienten más libres y en este sentido las clases de ESI sirven como punto de encuentro porque ellos nos enseñan a nosotros”, dijo a Télam Viviana Correa, inspectora del área de psicología.

Los especialistas en psicología comunitaria y pedagogía social indicaron que dentro de las clases de Educación Sexual Integral se abre un espacio de diálogo con los alumnos donde estos revelan situaciones de abuso, hostigamiento tanto físico como virtual y adicciones.

La provincia de Buenos Aires concentra la mayor cantidad de alumnos del país, con 4.277.781 en los tres niveles de enseñanza, de los cuales 1.560.000 cursan el nivel medio en 4682 escuelas, según datos oficiales.

Cada distrito tiene equipos de orientación escolar conformados por dos o más profesionales y asistentes como trabajadores sociales, psicopedagogos, licenciados en ciencias de la educación, orientadores del aprendizaje y fonoaudiólogos que trabajan en los tres niveles de enseñanza en escuelas técnicas, especiales y de adultos.

“En toda la provincia se pueden contabilizar unos 12.000 agentes que trabajan sobre dos ejes: el convivencial y el del aprendizaje, que incluye el acompañamiento de un chico que en su trayectoria escolar presenta alguna dificultad en los aprendizajes”, aseguró Ilda Domínguez, directora bonaerense del área de psicología comunitaria y pedagogía social.

La funcionaria destacó que “lo que más aparece son los conflictos entre pares, situaciones de hostigamiento, tanto física como virtual, y situaciones de sexting y de grooming en donde personas adultas crean perfiles falsos en las redes simulando ser de la misma edad”.

Correa planteó la dificultad para tratar un caso de hostigamiento en redes “por tratarse de situaciones que los chicos traen desde afuera de la escuela”, a lo que agregó lo que ocurre con los grupos de whatsapp que arman las madres de alumnos, que “contribuyen a tornar más dificultosa la tarea” en ocasiones.

Los equipos de orientación escolar son los encargados de organizar las charlas de ESI con las autoridades de las escuelas. “Allí los chicos se sienten libres para expresarse y muchas veces interpelan a los docentes que debemos aprender nuevas realidades ya que en el aula podemos encontrar una chica trans o situaciones de violencia de género que son muy comunes que se traigan a la escuela”, indicó Correa.

Sin embargo, muchos docentes ponen reparos con el argumento de que deben realizar actividades por fuera de lo pedagógico debido a las problemáticas que traen los chicos, lo que significa una recarga de trabajo para la cual aseguran no estar preparados.

Una docente consultada por Télam que prefirió no dar su nombre destacó que hoy la tarea “no es solo enseñar sino también poner plata de nuestros bolsillos para fotocopias y útiles, correr por problemas familiares y transformarnos en psicólogos y psicopedagogos o trabajadores sociales”.

“Hay docentes que tienen más de 15 cursos al mismo tiempo para poder sobrevivir, no podemos hacer más cosas, aparte de trabajar horas gratis en nuestras casas preparando clases y corrigiendo evaluaciones, y si no lo hacemos nos acusan de que no tenemos vocación”, precisó.

La inspectora refirió, además, que entre los chicos de la secundaria, “también es común encontrar situaciones de adicción y autolesiones, para lo cual hay equipos especiales que trabajan en ellos. Hay escuelas que no tienen gabinetes y cuando se dan estos casos, al igual que abusos o maltrato, la propia escuela requiere la ayuda”.

Los últimos resultados de la prueba Aprender de alumnos del secundario bonaerense refieren que 81% quiere que se impartan clases de educación sexual en escuelas, 77% sobre violencia de género y otras situaciones de violencia y 73% acerca del uso de nuevas tecnologías.

Correa, docente desde 1984, aseguró que la conflictividad de los alumnos “es más compleja en la actualidad” que cuando inició su actividad porque “ahora los chicos se sienten más libres e interpelan a los docentes y a muchos de nosotros nos cuesta actualizarnos”.

Télam



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