En la mañana de este martes, el presidente derrocado en Bolivia, Evo Morales, aterrizó en territorio mexicano gracias a las gestiones de los primeros mandatarios Andrés Manuel López Obrador y Alberto Fernández, de México y Argentina, respectivamente.

En las últimas horas de ayer, Evo Morales, difundió en su cuenta de twitter una foto donde se lo ve acostado sobre un catre y tapado con un lienzo violeta: “Así fue mi primera noche después de dejar la presidencia forzado por el Golpe de Mesa y Camacho con ayuda de la Policía. Así recordé tiempos de dirigente. Muy agradecido con mis hermanos de las federaciones del Trópico de Cochabamba por brindarnos seguridad y cuidado”, escribió el ex mandatario en la red social.

En Argentina, la mayoría de los partidos políticos e instituciones gremiales se solidarizaron con el líder boliviano: desde el Partido Justicialista hasta la Unión Cívica Radical pasando por la CGT emitieron comunicados rechazando la destitución de Morales.

Por su parte, el Presidente de la Comisión de Prevención de las Adicciones de la Cámara de Diputados, Mauricio Barrientos, también criticó el accionar de las Fuerzas Armadas y la policía boliviana: “Los pueblos tienen que decidir sus destinos en democracia, y por medio de las mayorías populares”.

La opinión del legislador de Chacabuco se sumó a la difundida por el bloque de diputados del Frente de Todos que resaltó la operación ejecutada “por grupos civiles violentos, policías autocuartelados y militares pasivos”.

Barrientos, además, destacó: “La democracia como forma de vida hay que defenderla siempre, más allá de quién haya sido elegido para gobernar a través del voto popular”.