Acompañados por la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional La Plata, los dos jóvenes presentaron un pedido de Hábeas Corpus ante el Juez de Garantías n°2, Eduardo Silva Pelossi, para “evitar situaciones aún más vejatorias” luego de haber sufrido una detención policial ilegal y violenta. Info BLANCO SOBRE NEGRO accedió al recurso que refleja el nefasto accionar policial.

Eran las once de la noche del jueves 14 de noviembre y los dos jóvenes circulaban en moto por Avenida 520. A la altura de calle 157, dos hombres los apuntaron con un arma al grito de “quédense quietos”. Como no llevaban uniformes y no había siquiera un patrullero, decidieron acelerar para esquivarlos y evitar lo que a todas luces parecía un robo.

A la media cuadra se cayeron de la moto y comenzaron a correr. Los dos hombres se subieron a un Volkswagen Gol y los empezaron a perseguir. Rápidamente, los agentes sin identificar atraparon a una de las personas y al grito de “alto policía” lo comenzaron a golpear con saña en la cara y las costillas.

La otra persona fue capturada media hora después y también recibió una paliza por parte de los agentes. Luego llegó un patrullero y ambos fueron trasladados a la comisaría n° 14 de Melchor Romero. Uno de los policías los grabó con el celular mientras los acusaba de haber robado. Sin embargo, en la causa sólo fueron imputados por “resistencia a la autoridad”, un recurso que según la CPM las fuerzas de seguridad usan en forma “sistemática” para justificar detenciones ilegales.

Las irregularidades se agravaron dentro de la comisaría, donde los detenidos recibieron más golpes, amenazas y vejaciones de todo tipo durante más de 8 horas.

Las víctimas denuncian que por lo menos 3 ó 4 agentes les pegaron cachetazos en la cara, patadas en los miembros inferiores y hasta intentaron abusar sexualmente de uno de ellos.

“Me hicieron sacar toda la ropa durante 10 minutos. Había varios policías presentes. Se decían entre ellos ‘metelo en el baño, vamos a violarlo’. Me da vergüenza contarlo pero sí, me quisieron abusar. Me agarraron entre dos y me querían tocar. Un gordo barbudo me decía ‘vení besame la panza’”, relató el joven, que pidió resguardar su identidad.

“En la cocina nos pusieron dos armas arriba de la mesa, y nos ordenaban que las agarremos, porque éramos ‘dos mata rati y chorros’“, relató el otro. Al día siguiente, luego de declarar ante la fiscalía fueron trasladados nuevamente a la misma dependencia policial, donde fueron amenazados nuevamente por varios agentes.

“Un policía grandote y pelado, de unos 30 ó 40 años de edad, nos dijo: ‘si yo hubiese estado anoche los mataba, yo no voy a renegar, yo les rompo los huesos. Mirame bien la cara, yo si te veo por la calle te pego un tiro, te planto un arma y te dejo ahí tirado”, contó el denunciante.

Estos episodios fueron presenciados por todos los agentes que estaban de servicio en la comisaria, por lo que desde la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional La Plata denuncian que “hubo una complicidad y respaldo institucional”.

“Las amenazas fueron manifestadas de la misma manera en diferentes ocasiones. No son meros excesos o situaciones extraordinarias, sino una verdadera práctica incorporada a la rutina de dichos agentes”, agregaron desde el organismo de Derechos Humanos.

Los denunciantes no saben los nombres de los policías involucrados, pero podrían identificarlos. Los agentes que firmaron la orden de liberación de los detenidos son el subcomisario Maximiliano Madueño y los oficiales Fernando Rodríguez y Marcos Yudiche.

El organismo que acompaña a los jóvenes remarcó que luego de sufrir esta terrible situación ambos padecen una restricción en su libertad que les impide “realizar sus actividades familiares y sociales habituales” por lo que a través del hábeas corpus piden “evitar situaciones aún más vejatorias”.

“Reiteramos la solicitud de nuestro resguardo de la integridad física, y la plena responsabilidad por las agencias judiciales intervenientes”, remarca el recurso presentado.

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