El episodio se dio a conocer el pasado martes a partir de un posteo de Facebook de Liliana, madre del joven. El caso de tortura policial fue denunciado formalmente por la familia que cuenta con el asesoramiento de la Secretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de Ensenada.

“Mi hijo fue demorado por agentes de la comisaría 2da de Punta Lara para averiguación de identidad. Un amigo se acercó a mi casa a decirme que lo habían llevado a la comisaría. Me presenté y la oficial a cargo me dijo que espere porque se lo habían llevado a cuerpo médico. Espere durante 2 horas hasta que lo trajeron y me lo entregaron todo golpeado con su ropa toda rasgada y le faltaban parte de los brackets de sus dientes”, contó Liliana en Facebook.

Y continuó: “Cuando lo subimos al auto me empezó a contar todo lo que tuvo que aguantar dentro de la Comisaria. Golpes por todo el cuerpo, rodillazos en las costillas, patadas, y no solo eso sino que lo metieron a un calabozo le hicieron sacar la ropa y, aparte de humillarlo y amenazarlo con que ellos podían si querían hasta violarlo o hacerles peores cosas, le hicieron hacer infinidades de flexiones de brazos, sentadillas, etc” .

Los policías involucrados fueron tres varones y una mujer. Luego de lo sucedido, la madre del joven se acercó a pedir ayuda a la Escuela Secundaria N°2 donde su hijo cursa el quinto año del secundario. Toda la comunidad educativa se solidarizó y este viernes por la mañana habrá una reunión de los centros de estudiantes de las escuelas de Ensenada para tratar el tema y definir medidas de protesta.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, Santiago Sierto, docente y delegado de Suteba Ensenada en la Media 2, aseguró: “Estos métodos de tortura son habituales para la Policía Bonaerense y el Estado en todas sus instancias es responsable. Como docentes nuestro deber es acompañar a los alumnos y a sus familias”.

Y agregó: “Las marcas que dejaron a este pibe en el cuerpo y la mente no se las borrará nadie. No podemos naturalizar este tipo de proceder policial. Los chicos en los barrios ven a la policía como un elemento de hostigamiento y parece que vuelve la idea de que ser joven es ser un delincuente. No es un policía, es toda una institución que funciona de esta manera. Estos agentes deben ser exonerados en forma inmediata.”