sábado 20 de abril de 2024 - Edición Nº -1963

Información General | 21 dic 2019

Una extraña causa judicial

Los ex choferes de la Línea Este irán a juicio oral y pasaron su primera Navidad con prisión domiciliaria

Cuando el lucro está por delante del cumplimiento de las normas laborales y de una correcta prestación del servicio de transporte público para los vecinos de la ciudad, los conflictos suelen ser inevitables.




Así lo demuestran los desmanes que se registraron en la UTA central esta semana, originados por internas que repiten claramente los sucesos que tuvieron lugar en la Línea ESTE de La Plata. También en otras seccionales de interior, como Mar del Plata.

Además, cuando hay choferes a los que se les exige trabajar sin descanso y en condiciones infrahumanas, los principales afectados no son sólo ellos, sino también los pasajeros que todos los días salen a ganarse el pan. Pero es más importante aún: el servicio es esencial, también, para miles de alumnos y alumnas que lo utilizan en época de clases. La mala prestación suele esconder sobreexplotación.

Info BLANCO SOBRE NEGRO ya dio cuenta de ello en otras crónicas sobre reclamos que involucran, por ejemplo, a líneas como la 273, que transportan a miles de pasajeros mensualmente. Comenzó el verano y los servicios que unen la zona norte con el resto del distrito ya comenzaron a resentirse. En el mes de enero el problema se agrava: largas colas en las paradas (sobre todo sobre el Camino General Belgrano) y las quejas de todos los años.

Quien escribe esta nota en una oportunidad tuvo que unirse con otros usuarios para bloquear el paso de una unidad para que frenara. Estábamos en 7 y 34 y hacía una hora que ningún colectivo de la 273 paraba.

“Si pedimos mejores condiciones laborales los primeros perjudicados somos los trabajadores, y si manejamos más despacio nos echan por incumplir con el tiempo que nos piden por cada recorrido”, explicó resignado el hombre que conducía el micro.

Los micros no ponen en marcha el transporte público, lo hacen los trabajadores. Y si son explotados laboralmente el principal riesgo lo sufren los pasajeros. Es mucho lo que está en juego cuando las empresas intentan maximizar sus ganancias haciéndole cumplir tantas horas de trabajo diarias a los choferes, por eso la denuncia que en su momento hicieron los trabajadores de la línea Este recibió una respuesta feroz.

Una empresa habilitada para cumplir con un servicio que requiere más inversiones y contención de su personal , y menos ganancia, suele en todas partes ajustar sus costos por el lado de la calidad y la seguridad de los pasajeros .



Los cuatro ex trabajadores de la Línea Este de La Plata que fueron detenidos en abril deberán pasar las fiestas en sus casas. Luego de un mes en distintas alcaidías consiguieron el beneficio de la prisión domiciliaria, pero la vida se les hizo cuesta arriba: seguirán así al menos por dos años más, ya que días atrás la causa fue elevada a juicio oral.

En diálogo con Info BLANCO SOBRE NEGRO, Luciano Fiocchi contó: “El 3 de abril vino la policía con una orden judicial y me llevó detenido. Habían pasado dos años del conflicto que para nosotros terminó con el despido y el cobro de una indemnización. Fue totalmente sorpresivo”.

El conflicto se inició en 2016 y continuó hasta abril del 2017. La mayoría de los choferes de la Línea Este concesionada por la empresa “El Expreso” comenzaron una protesta por malas condiciones laborales, jornadas de 16 horas, falta de baños para el personal, incumplimiento en el pago de horas extras y otras violaciones al convenio colectivo fueron denunciadas con firmeza por los trabajadores.

La firma de Osmar Corbelli, que con la empresa Unión Platense concentra el 80% del transporte de pasajeros urbano de La Plata, respondió con despidos.

Ante la escalada del conflicto, aceptó la reincorporación de todos los cesanteados pero meses después echó definitivamente a más de la mitad de la planta que operaba la línea.

Sin alternativas, los afectados acordaron el cobro de una indemnización y la paralización de las causas judiciales en su contra. En ese momento dieron por terminado el conflicto.

Sin embargo, este año la causa judicial por “coacción agravada” se reactivó a partir de una nota que el empresario presentó ante la fiscalía. La declaración decía que habían sido “individualizados” los protagonistas de los “incidentes” y Virginia Bravo dispuso la inmediata detención de Pablo Varriano, Emanuel Lázaro, Luciano Fiocchi y Sebastián Mac Dougall. En la lista había otros seis ex trabajadores mencionados.

“Yo ya estaba en otra, haciendo una vida completamente normal, hasta que vinieron a tocar la puerta y me llevaron esposado. Primero nos dejaron a los cuatro en la Alcaidía de La Plata. A los diez días me trasladaron a Lomas de Zamora, a Sebastián lo llevaron a Avellaneda y a los otros dos a la Pettinato”, contó Fiocchi.

“Las condiciones de detención fueron muy malas. Comía y dormía en el piso, éramos doce personas en una celda muy chica. Viví situaciones muy complicadas, rodeado de delincuentes, violadores y otra gente como nosotros que estaba de garrón”, recordó con mucha angustia.

Y agregó: “Tuve que pelearme con otro detenido porque si no mostrás carácter te agarran de sirviente. Después fui parar a la Alcaidía 2 acá en La Plata. Al mes nos llamaron a declarar y nos dieron arresto domiciliario con salidas laborales pero teníamos que conseguir un trabajo en blanco, algo casi imposible”.

“Yo tengo dos hijas, una de 15 años y otra de 11. Para ellas esto fue muy duro. La indemnización duró muy poco y yo no podía colaborar en nada para sostener a mi familia. La verdad es que todavía sufrimos las consecuencias, a pesar de que nunca tuve nada que ver”, aseguró el ex chofer de la Línea Este.

También señaló: “La gente te marca por haber estado detenido y no tiene ni idea sobre las causas que te llevaron a prisión, yo era un trabajador reclamando condiciones laborales lógicas, no un asesino. Mi familia se vino abajo, las chicas bajaron las notas en el colegio porque sufrieron mucho y todo empezó a andar mal”.

“En la cabeza te queda para siempre el miedo a volver a ser detenido y eso es lo peor que te puede pasar, más cuando es una causa totalmente inventada. Me di cuenta de que no existe la justicia y que no depende de vos lo que te pueda pasar”, confesó.

Fiocchi trabajó once años como chofer en el transporte urbano de pasajeros de La Plata. Sobre esa experiencia contó: “Primero estuve en la Línea 7 con buenas condiciones laborales, pero luego la absorbió la empresa de Osmar Corbelli. Ahí había maltrato, no te daban descanso ni te dejaban ir al baño. Nos hacían trabajar 16 horas sin descansar, por eso arrancó la protesta en la Línea Este”.

“Esto sólo se explica por la intención de Corbelli de dar un ejemplo para que nunca más uno de sus trabajadores se anime a reclamar. No hay ninguna prueba de nada. En el lugar había miles de personas, militantes de todos los partidos. Dos años después terminamos cayendo cuatro personas que ni siquiera fuimos los que lideramos el conflicto”, remarcó.

”La verdad es que somos unos perejiles”

El delito de “coacción agravada” prevé penas de entre 5 y 10 años, por lo que no es excarcelable. Diez días atrás la causa fue elevada a juicio oral y quedó radicada en el Tribunal 4. Aunque todavía no hay fecha para el debate se espera que se fije para, por lo menos, dentro de dos años. Durante ese período seguirán con prisión domiciliaria.

Emanuel Lázaro, otro de los choferes con prisión domiciliaria, también habló con Info BLANCO SOBRE NEGROl y contó: “Me quedó un sabor muy amargo porque siempre conservo el temor de que lo que puede llegar a suceder. En las cientos de fotos y horas de video en ningún momento aparezco haciendo nada. Si pueden sostener una causa totalmente armada y detenerme sin pruebas no tengo ninguna garantía de lo que puede pasarme en el futuro”.

“Mi vida es IR de casa al trabajo y del trabajo a casa. Estamos controlados, viene el Patronato de Liberados, la camioneta de la DDI y tenemos los teléfonos intervenidos. Es complicado vivir así”, relató.

Sobre el desarrollo del conflicto, recordó: “Primero parecía que habíamos triunfado, pero a los tres meses de ser reincorporados nos despidieron a casi todos sin acatar la resolución del Ministerio de Trabajo, ni nada. Yo no pude encontrar un buen empleo, estuve como remisero en negro y encima dos años después me llevaron detenido”.

“Lo de Corbelli fue muy raro, tuvo muchas contradicciones. Lo que quiso fue demostrar que sucede cuando alguien se anima a hacer un reclamo en su contra. Y claramente hay un ensañamiento de la fiscal”, opinó el trabajador.

También subrayó: “Nosotros ni siquiera éramos los que liderábamos el conflicto, sino que sólo acompañábamos. La verdad es que somos unos perejiles”.

”En el juicio oral va a tener que dar explicaciones”

Rolando Sberna es el abogado de tres de los cuatro acusados. Sobre la causa opinó: “No existe ninguna prueba contra mis defendidos. Es una causa bastante compleja que se inició en 2017, después estuvo parada por un año, y luego fue reactivada sorpresivamente por la fiscal Bravo a partir de una nota de la empresa”.

Y señaló: “En la lista que mandó Corbelli había diez nombres. Y no sé – ni nadie lo sabe – con qué criterio la fiscal pidió la detención de cuatro de ellos. Después el mismo empresario interpuso otra nota firmada ante escribano público diciendo que uno de los detenidos no había sido partícipe. Parece que los acusados están detenidos por orden de la empresa y no de la fiscalía”.

“Ninguno de los choferes que supuestamente fueron víctimas de la coacción mencionó a los detenidos. La verdad es que está todo agarrado de los pelos. Pero en un juicio oral el juez debe tener un grado de absoluta certeza”, remarcó Sberna.

El abogado adelantó que planea iniciar una denuncia por “falso testimonio agravado” contra el denunciante por el hecho de haber inculpado a diez trabajadores para luego desdecirse y decir que con uno de ellos, al que contrató después del conflicto , se había “equivocado”.

“Lo único positivo del juicio oral es que Corbelli va a tener que dar alguna explicación cuando tenga que responder preguntas de la fiscalía, la defensa y los jueces. Incurrió en una contradicción que entiendo se enmarca en el delito de falso testimonio agravado. Además demuestra que los acusados sólo están detenidos por los dichos de este hombre. La verdad es que fue muy sospechoso como se reactivó la causa ”, concluyó.



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