jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº -1940

Información General | 21 dic 2019

El Instituto Argentino de Radioastronomía

Desde el Parque Pereyra se lograron observaciones astronómicas sin precedentes en el Cono Sur

El Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR, CONICET-CICPBA) que funciona en el Parque Pereyra Iraola logró observar por primera vez desde el Hemisferio Sur una estrella de neutrones denominada “pulsar”.




Gracias al acondicionamiento, actualización y puesta en valor de dos telescopios de 30 metros de diámetro con los que cuenta el Instituto Argentino de Radioastronomía en el predio del Parque Pereyra Iraola, el organismo logró una observación que la valió su publicación en la reconocida revista Astronomy & Astrophysics.

“Lo más destacable es que por primera vez se logró observar desde el Hemisferio Sur unos fenómenos llamados púlsares, que son estrellas de neutrones muy compactas que dan vueltas sobre sí mismas a velocidades extremas y en cada revolución emiten radiación electromagnética”, explicó Gustavo Romero, investigador del CONICET y director del IAR.

Y detalló: “Los pulsares tienen la masa del Sol pero concentrada en un tamaño muchísimo menor: unos 10 kilómetros de radio, y giran alrededor de mil veces por segundo”.

La importancia de localizar los púlsares radica en que permiten detectar ondas gravitacionales, perturbaciones del espacio-tiempo provocadas por la aceleración de un cuerpo masivo.

Predichas por Albert Einstein en su Teoría de la Relatividad (1905), su existencia fue constatada experimentalmente en 2015 en un trabajo liderado por tres científicos estadounidenses a los que dicha hazaña les valió el Premio Nobel en Física dos años más tarde.

“La relación entre ambos fenómenos es que, cuando una de estas ondas pasa cerca de un púlsar, éste cambia ligeramente su periodicidad, es decir que gira a un poquito más de mil veces por segundo, y esa variación de los intervalos es detectada por la exquisita precisión que logramos incorporar al instrumental del IAR”, señaló Romero en referencia a los dos radiotelescopios reparados tras casi dos décadas en desuso.

Gracias a un convenio con el Instituto Tecnológico de Rochester (RIT, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, en los últimos dos años el IAR logró mejorar la electrónica de los aparatos, colocar nuevos receptores en las antenas y sincronizar el sistema de observación y toma de datos con la señal del reloj atómico perteneciente al Observatorio Argentino Alemán de Geodesia (AGGO, CONICET-BKG), un instituto que funciona a escasos metros de allí. Esta innovación fue celebrada en septiembre pasado con el bautismo de los telescopios en honor a dos destacados investigadores.

La precisión alcanzada pone al instrumental a la altura de otros doce telescopios con capacidad de observar púlsares que existen en el Hemisferio Norte, logrando por primera vez la obtención de ese tipo de mediciones en esta parte del planeta, lo cual de por sí es una gran proeza científica teniendo en cuenta que aporta a la región una nueva facilidad astronómica competitiva internacionalmente.

Además de esta novedad, el artículo científico también describe otros dos fenómenos cuya detección fue posible gracias a la optimización de la tecnología de las antenas: un magnetar, que es una variedad de púlsar cuya explosión provoca un potente campo gravitacional; y otro objeto famoso llamado Púlsar de Vela, que regularmente cambia su periodicidad de rotación a causa del “reacomodamiento” que sufre en su corteza.



OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias