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Información General | 9 mar 2014

Concentración de medios

Televisa, considerada "agente económico preponderante", deberá abrir el mercado a la competencia

Lo que muchos creían que no pasaría en México empieza a ocurrir: por primera vez en la historia la televisión abierta se abre a la competencia, e incluso la mayor empresa en el mercado, Televisa, está obligada a ayudar a sus rivales. El cambio inicia después de que el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) declaró a la televisora, así como al Grupo Carso del empresario Carlos Slim, como agentes económicos preponderantes, es decir, que dominan más del 50% del mercado donde operan.


Además, el IFT publicó la convocatoria para licitar dos cadenas nacionales de televisión abierta, proceso donde no podrán participar ni Televisa ni TV Azteca, la segunda televisora más importante del país.

Es la primera vez en la historia que se realiza una licitación en este mercado, pues anteriormente las concesiones para transmitir se otorgaban discrecionalmente por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.

Analistas coinciden en que se trata de una decisión “histórica”, especialmente por la aplicación de limitaciones a Televisa que según la Comisión Federal de Competencia actualmente controla el 70% del mercado de televisión abierta.

“¿Qué va a pasar?, que Televisa por fin es considerada por el Estado mexicano como monopolio y se actúa en consecuencia”, le dice a BBC Mundo Raúl Trejo Delarbre, académico del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La televisora reconoce que la determinación del IFT es “importante” para sus operaciones, y de hecho horas después de que se conoció su declaración como agente económico preponderante en Wall Street y la Bolsa Mexicana de Valores bajó el precio de las acciones de la televisora.

Reglas

La calificación de agentes económicos preponderantes forma parte de la Reforma en Telecomunicaciones que se aprobó el año pasado. Esta definición se aplica a las empresas o corporativos que cuenten con más del 50% de usuarios, suscriptores o audiencia del país, o en un sector determinado de radio, televisión y telefonía fija o móvil.

A quienes se califica de esta manera deben sujetarse a regulaciones específicas a cada caso –llamadas medidas asimétricas- que pueden ser desde tarifas especiales en sus servicios, hasta la separación de las empresas que formen parte del mismo consorcio.

Con estas reglas las compañías más pequeñas pueden pagar tarifas menores a los preponderantes, además de que tienen derecho a usar su infraestructura como antenas, postes o torres de transmisión, por ejemplo.

También se establecieron normas para regular la publicidad, como el hecho de que ningún gran consorcio puede negar el acceso a los espacios en radio y televisión.

Estas medidas reducen el costo de operación de compañías más pequeñas o quienes pretendan participar en el negocio, y se puede terminar además con un problema de varias décadas.

Antes, para ofrecer telefonía móvil o transmitir una señal de televisión o radio, las nuevas empresas debían construir toda la red que requiere el servicio, lo cual es sumamente costoso. Además, en muchos casos los espacios para instalar antenas o equipo de transmisión está ocupado por las grandes compañías.

“En el fondo la decisión del IFT trata de fomentar la competencia”, le dice a BBC Mundo Agustín Ramírez Ramírez, presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI).

“Pretende establecer en muy corto plazo medidas asimétricas para tratar de emparejar la cancha en el mercado de las telecomunicaciones y la radiodifusión”, explica.

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