Afortunadamente no estamos frente a un conflicto bélico. Sin embargo, y como muchos afirman por estas horas, estamos en “guerra” contra un enemigo silencioso difícil de detectar como el COVID19, más conocido como “coronavirus”.

En ese marco, los intendentes bonaerenses asumieron poli funciones, y se convirtieron en poco menos que un mariscal en un campo de batalla: limitan los accesos a las ciudades, organizan controles policiales, levantan carpas sanitarias, restringen la circulación de vehículos y coordinan con la policía la aprehensión de los que incumplen la cuarentena.

El intendente de Carlos Casares, Walter Torchio, que brinda partes informativos en las redes sociales dos veces al día, acaba de anunciar el cierre de uno de los accesos a la ciudad, la limitación de los horarios de los comercios habilitados para vender alimentos, el aumento de los uniformados de la Guardia Urbana para restringir la circulación de los casarenses y los requisitos que deberán cumplir las acopiadoras de cereales para operar, ante el inminente comienzo de la cosecha gruesa.

Germán Lago, intendente de Alberti, además de desplegar los controles preventivos por el resto de las localidades del Partido, armó en conjunto con los bomberos voluntarios locales una carpa sanitaria.

Allí se atenderán exclusivamente a los contagiados de coronavirus, en el caso de que los hubiera en el distrito. La tienda de campaña es un seudo hospital móvil, ya que en su interior cuenta con lugares para aislamiento e internación.

Otro de los intendentes que se puso al hombro la campaña sanitaria para evitar la expansión de la pandemia es Pablo Zurro. Según detallaron desde la Municipalidad, el Jefe Comunal de Pehuajó visitó en las últimas horas las delegaciones municipales de Guanaco, Francisco Madero, Mones Cazón y Juan José Paso. Además de coordinar las acciones preventivas con los referentes locales, Zurro entregó kit de sanidad.

El municipio de Leandro N. Alem, gobernado desde diciembre pasado por Carlos Ferraris, por su parte, anunció el bloqueo de los ingresos alternativos a la ciudad y dejó los mínimos e indispensables para el movimiento de los vehículos rurales en tiempo de trilla de soja, girasol y maíz. Además, el Municipio anunció el primer caso sospechoso de coronavirus y la aprehensión de cuatro personas por desobediencia al cumplimiento de la cuarentena.

En Laprida, donde gobierna el oficialista Pablo Torres, la situación no es distinta. En el primer día del inicio del aislamiento social y preventivo, el municipio anunció la detención de tres ciudadanos que no respetaban el decreto presidencial firmado por Alberto Fernández.

En ese contexto, el Jefe Comunal Pablo Torres expresó que serán inflexibles en el cumplimiento del aislamiento, y por ello participa continuamente de los controles policiales que se realizan en el acceso principal a la ciudad, dado que los secundarios fueron cerrados. En los puestos de control, el personal sanitario, además, de pedir la documentación pertinente les toma la fiebre a los ingresantes a la ciudad.