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Información General | 16 mar 2014

OPINIÓN

La FIFA comenzó los controles sorpresa: Un repaso por la historia de los mundiales y el dóping

La FIFA comenzó con sus estrictos controles antidopaje y anunció que hasta el comienzo de la competencia, al menos una vez, todos los jugadores serán sometidos al control. Los test de orina y sangre se harán para comparar durante los controles en la Copa. Extrañamente, y en un gesto de abierta desconfianza hacia la sede, todas las muestras serán trasladadas a Zurich para ser analizadas. Una buena oportunidad para repasar momentos de la historia negra de los mundiales y el dóping


El anuncio fue contundente: “Los seleccionados participantes de la Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 serán sometidos de manera sorpresiva a controles anti dopaje”. La FIFA no quiere que se le escape detalle alguno en cuanto a la tecnología que se utiliza para evitar los controles y por primera vez hará comparación sanguínea en los jugadores.

En la historia de las Copas existieron casos de dóping, pero apenas fueron cuatro los jugadores condenados por el uso de sustancias ilegales. El triste debut de un control positivo fue el del haitiano Ernst Jean-Joseph, luego del partido debut de la selección caribeña ante Italia, en Alemania 1974.

Jean-Joseph la pasó mal, no por la sanción que le puso la FIFA (no había nada reglamentado), sino por el trato de algunos de sus compatriotas. Los Tonton Macoutes eran grupos paramilitares utilizados por los dictadores François (Papa Doc) Duvalier y su hijo Jean-Claude (Baby Doc), que ayudaron a llegar y permanecer en el poder a la corta dinastía Duvalier.

Un puñado de Macoutes fue a la concentración haitiana para retirar a Jean-Joseph, llevando al pobre medio campista al aeropuerto y golpeándolo salvajemente en el recorrido. Una vez en su tierra natal, Ernst fue llevado a una prisión clandestina por orden de Baby Doc, donde cumplió una “condena” de dos años por “avergonzar a Haití en el Mundial”. Luego, paradógicamente, le llegó el perdón absoluto y Jean-Joseph pudo jugar las eliminatorias para Argentina ’78 y España ’82.

En la Copa de 1978, pese a que todos denunciaban a todos, el único caso positivo fue el del escocés Willie Johnston, a quien le encontraron fencamfamina. Una vez que la federación escocesa lo suspendió de por vida, Johnston reconoció que consumió un medicamento llamado Reactivan, que ayudaba a obtener más resistencia.

Durante la Copa Mundial de México 1986, muchos deportistas sufrieron severas diarreas. Para nosotros, el caso emblemático fue el de Daniel Passarella, que se perdió la competencia completa a causa de una indisposición similar a la que sufrió el español Ramón Calderé. La diferencia fue que el ibérico consumió una medicación para combatir los males que lo aquejaban y luego dio positivo en un control.

Fue el doctor Guillén, médico de la selección española, quien le había suministrado la medicación aunque había tenido la precaución de anticipar a la FIFA el suministro de la droga. Al comprobarse que no había habido intención de sacar ventaja, Calderé sufrió tan sólo una fecha de suspensión.

El cuarto caso de un futbolista sancionado por dopaje y el último hasta ahora es también el más emblemático porque involucra nada más ni nada menos que a Diego Armando Maradona, el mejor jugador de todos los tiempos. Un complejo vitamínico, una alergia y la famosa efedrina que salió en el control antidoping luego de aquel partido por la fase de grupos contra Nigeria en el Mundial de Estados Unidos 1994.

La famosa frase “me cortaron las piernas” dejó entrever que la sanción al 10 no había sido obra de la casualidad y cientos de páginas se escribieron a partir de estas sospechas. Lo cierto es que Diego quedó afuera de la competencia y con su salida se derrumbó la ilusión argentina y la propia energía del equipo nacional, que rápidamente fue eliminada en octavos de final.

Estos casos fueron los únicos que se comprobaron en los mundiales, pero claramente existieron otros, que con el paso del tiempo se fueron develando.

Ya muy lejos en el tiempo, en la Copa de Suiza 1954, Hungría se dirigía hacia un título que nadie podía sacarle. Era sin dudas la mejor selección del planeta y parecía imbatible. No importaba en que cancha fuera, si de local o visitante, si por amplio marcador o de manera ajustada, el ballet húngaro, con la batuta de Ferenc Puskás, siempre salía victorioso.

Pero en aquella final se encontró con una Alemania Federal que parecía robotizada. En el cuerpo técnico había un integrante que se dedicaba a la fabricación de calzado deportivo. Se llamaba Adolf, le decían Adi y su apellido era Dassler. Hacía casi 30 años había fundado la marca “Adidas”.

También la famosa “Naranja Mecánica”, aquella que obtuvo los subcampeonatos de 1974 y 1978, fue denunciada años después, y varios de sus integrantes declararon en ese sentido. “Había doping, pero yo nunca lo suministré”, declaró el médico de la selección holandesa, Frits Kessel. Johnny Rep, luego de sufrir un infarto tras su retiro, confesó que había ingerido drogas prohibidas en el fútbol; Arie Haan también declaró que había visto cómo varios de sus compañeros se dopaban.

“Tenemos serias dudas sobre los medicamentos que nos suministraron en los entrenamientos”, declaró a mediados de la década del 90 el defensor argelino Mohamed Chiab, uno de los pilares del seleccionado norafricano en los mundiales de 1982 y 1986. Chaib fue padre de tres niñas que nacieron con distrofia muscular. La hija del goleador de los “Zorros del Desierto”, Djamel Menad, también nació con un grave enfermedad y en ese caso nuevamente las sospechas recayeron sobre las drogas suministradas durante su carrera como futbolistas.

Menad también dijo que varios de sus compañeros tuvieron hijos con diferentes problemas, en general relacionados con su musculatura. Los cañones apuntaron al ruso Gennady Rogov, una especie de manager general que llegó a Argelia promovido por la Unión Soviética, nación que “protegía” en ese entonces al país africano. Rogov impuso un médico que les administraba “vitaminas” a los jugadores.

Cuatro sancionados desde que se hacen controles antidopaje y miles de historias, sospechas, declaraciones y conspiraciones. Brasil espera el Mundial y la FIFA parece apretar sus controles para que esta vez no haya nuevos capítulos de esta triste saga futbolera.

Por: Eduardo Cántaro, para Télam

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