“Esto es espacio público, me parece muy mal que alguien lo aproveche para ganar dinero”, expresó Jorge, un vecino que vive a escasos metros de la plaza ubicada en Avenida 44 y 19. “Una cosa es que un artesano venda sus productos como lo hacen todos los fines de semana, y otra muy distinta es instalar inflables y peloteros y cobrar por su utilización”, remató el señor.

A los tradicionales juegos de caño y plástico, se le sumó una prestación privada para el entretenimiento de los niños. El problema es que 2 inflables, una colchoneta y otros juegos se dispusieron el pasado domingo sobre una parcela de pasto de la plaza. El precio dependía del tiempo que se permaneciera en este parque privado inmerso en un espacio público.

Aunque sería lógico que este emprendimiento deba tener al menos un permiso municipal, desde la comuna dicen no estar enterados de esta instalación móvil de un mini parque de diversiones para niños.

Los elementos que no pasan para nada desapercibidos estuvieron instalados toda la tarde a la vista de los agentes de control urbano y guardianes de plaza, por lo que se puede presuponer que quienes usufructuaron el espacio público de este modo ya contaban con algún tipo de aval municipal.