La noticia no hace más que indignar a usuarios de telefonía celular que desde principios de año vienen sufriendo aumentos en las tarifas y modificaciones en los valores de los planes que se actualizan sin siquiera consultar a los consumidores, que son lo que pagan las facturas.

Las empresas de telefonía celular, todas ellas, aumentarán entre un 9 y un 18 por ciento sus tarifas, dependiendo del plan de cada usuario. Como justificativo, dicen que van a invertir para mejorar el servicio y que las llamadas no se corten, algo que debería estar garantizado de antemano pero que, hoy en día, es tan sólo un lejano deseo de los usuarios.

En el caso de Movistar, la empresa de Telefónica, el ajuste ya se realizó e incrementó de $2,90 el minuto a $3,30. Los mensajes de texto se fueron de $0,72 a $0,85 pero la compañía dice que sólo aumentó un 12 por ciento.

Personal se sumará a la ola de aumentos pero a partir de abril, y será de un 13 por ciento en promedio en los planes pospagos, que son utilizados por el 20 por ciento de sus clientes. Igualmente, desde la empresa dicen que los aumentos serán para los nuevos clientes y no para quienes ya contrataron su servicio, algo particularmente raro para una compañía que desea crecer.

Finalmente Claro, aumentó más del 100 por ciento. Junto con la aplicación de la facturación por segundo, la empresa aprovechó y subió de $0,32 el minuto a $1, 32.

Si bien desde el Gobierno Nacional rechazaron los aumentos porque “no fueron notificados” a la Comisión Nacional de Comunicaciones, todo indica que se aplicarán igual, bajo la excusa de que mejorarán su servicio.

“La calidad del servicio no es lo suficientemente buena para que aumenten los precios de la telefonía móvil”, expresó al respecto Norberto Berner, secretario de Comunicaciones. Sin embargo, las compañías anunciaron que, precisamente, con el aumento harán inversiones, lo que suma un poroto a la posibilidad de permitir el incremento.