“Compatriotas, iniciamos todos hoy una etapa nueva de la Argentina. Iniciamos una etapa que sin duda será difícil, porque tenemos todos la enorme responsabilidad de asegurar hoy y para los tiempos, la democracia y el respeto por la dignidad del hombre en la tierra argentina”, había dicho Alfonsín desde los balcones del Cabildo, el 10 de diciembre de 1983, cuando asumió la primer presidencia constitucional después de casi ocho años de la dictadura cívico-militar.

Aquél 10 de diciembre, Alfonsín comenzaba su más ardua tarea: gobernar un país atravesado por el genocidio, un altísimo endeudamiento externo, la desindustrialización y una enorme deuda social.

La asunción del líder radical, fallecido el 31 de marzo de 2009, significó no solo el fin de la dictadura, sino además la interrupción definitiva del largo ciclo de golpes de Estado, iniciado en 1930 con el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen.

A poco tiempo de asumir la presidencia, Alfonsín impulsó la anulación de la autoamnistía dictada por los militares y creó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), con el objetivo de investigar los crímenes cometidos durante el terrorismo de estado.

En 1984 se publicó Nunca Más, el informe de la Conadep, y al año siguiente se realizó el histórico juicio a las juntas militares, que condenó a los principales jerarcas del régimen y ubicó al país en el sitial de las pocas naciones del mundo que juzgaron a los responsables de cometer genocidios desde el Estado.

La política de derechos humanos tuvo su límite en las leyes de impunidad (Obediencia Debida y Punto Final) que, asediado por dos intentos de golpe militar, Alfonsín se vio obligado a enviar para su sanción al Congreso.

Después de la crisis económica, el decaimiento de la estabilidad en el país y la elección de Carlos Menem como nuevo presidente de la Nación, Alfonsín firmó el Pacto de Olivos, que posibilitó la reforma constitucional de 1994 y la reelección presidencial.

El ex presidente fue uno de los actores fundamentales de la Alianza entre la UCR y el FREPASO, que llevó a Fernando de la Rúa a la Casa Rosada, gobierno del que, después, Alfonsín tomó distancia disgustado por el continuismo respecto de las políticas neoliberales del menemismo y que desencadenaron la brutal crisis del 2001.

Sobre el final de sus días, Alfonsín fue homenajeado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con un emotivo acto en la Casa Rosada y la colocación de la imagen del expresidente en el Salón de los Bustos.

EL HOMENAJE

Un grupo de dirigentes políticos, sindicalistas, intelectuales, artistas, empresarios, juristas, y religiosos evocará este lunes en el Teatro Liceo de CABA la figura del ex presidente Raúl Alfonsín.

La convocatoria, firmada por la Fundación Espacio Progresista, pone el énfasis en el carácter universal que adquirió el liderazgo del dirigente radical. “Hace cinco años Antonio Cafiero, en ocasión de despedir los restos del ex presidente Raúl Alfonsín, nos advertía: ‘Tengo que darles una mala noticia a los radicales: Alfonsín ya no les pertenece, porque ahora pertenece a todo el pueblo argentino’. Por eso, este lunes 31 de marzo, fecha de su fallecimiento, lo vamos a recordar con la voz de todos. La voz de todos los sectores sociales y de la pluralidad enmarcada en un pensamiento nacional, popular, democrático y progresista.”

Al aniversario ya confirmaron la asistencia diferentes personajes y referentes, como la periodista María Seone, León Arslanian (jurista), Víctor Heredia (cantautor), Juan Carlos Lascurain (empresario metalúrgico), Jorge Lobais (Asociación Obrera Textil), Leopoldo Moreau (dirigente radical), Raúl Zaffaroni (ministro de la Corte Suprema), Aldo Etchegoyen (obispo y miembro de la APDH), Gustavo Sylvestre (periodista), Eugenio “Nito” Artaza (senador radical), Graciela Dufau (actriz), Víctor Fayad (intendente de Mendoza), Arturo Bonin (actor), Leandro Santoro (Los Irrompibles), Víctor Laplace (actor), Eduardo Santin (diputado de la UCR), y Fernando Cantero (ex legislador), entre muchos otros.

“No vamos a promover un recordatorio nostálgico con una mirada al pasado sino un acto militante de banderas, para sostener en el presente y en el futuro. Por esa razón, el homenaje es al luchador de los Derechos Humanos, al que promovió el Juicio a las Juntas, al presidente que sostuvo que la democracia no podía ser tutelada por las corporaciones, al dirigente político que nos hablaba de la ética de la solidaridad y al latinoamericanista”, expresa el comunicado.