Tiene 40 años y sufrió el robo de su automóvil, estacionado en el playón del Walt Mart.

Cuando fue a hacer la denuncia, pese a que aún conservaba el comprobante de entrada “y estacionamiento”, las autoridades del hiper no quisieron atenderla.

“Vaya a hacer la denuncia a la comisaría”, le dijeron. La damnificada (que pidió mantener su nombre en reserva a la espera de que se alcance una solución negociada) sabe que esa respuesta es una forma poco elegante que utilizaron los empleados de la multinacional para mandarla a su domicilio.

Luego de consultar con abogados, y de convencerse de que hubo complicidad entre los responsables de la seguridad del lugar, y de hartarse de la falta de respuestas, fue con miembros de su familia a pararse en la entrada del Camino Centenario, portando un cartel que decía. “Acá se roban autos”.

*"Prefiero negociar una indemnización, porque sé que una demanda contra el buffet de abogados poderoso que tiene Walt Mart sería como una pelea entre David y Goliat. Pero si la tengo que dar, la daré", explicó la damnificada.

Los responsables de prensa de la empresa se encuentran “de viaje”, según las autoridades locales.

Por lo pronto, salvo que reciban la ayuda de los uniformados locales (siempre atentos a lo que necesitan), tendrán que aguantar que cada fin de semana, cuando más clientes asisten, lean los carteles de protesta.

Y a los lectores, les decimos que, sea como sea, cierren bien sus autos.