viernes 29 de marzo de 2024 - Edición Nº -1941

Información General | 12 abr 2014

Paro Nacional

Moyano sirvió la mesa y se sirvieron los demás: perdido entre el luchismo y los actores de reparto

El paro convocado por un variopinto espectro de espacios gremiales, sociales y políticos dejó un balance particular. El más poderoso, y quien hizo todo el gasto, Hugo Moyano, fue quien menos aprovechó el impacto de la medida, si se lo considera en relación a la cosecha de apariciones mediáticas y el protagonismo recuperado por su ocasional aliado, Luis Barrionuevo, y por las izquierdas que lo siguen en determinadas coyunturas.


Tan es así que el otrora desvencijado Luis Barrionuevo, líder de una delgada central sindical (una especie de coordinadora de gremios), hasta se da el lujo de hacer anuncios en nombre de “todos”.

“El secretario general de la CGT Azul y Blanca (Barrionuevo) insistió, además, con la necesidad del armado de una mesa nacional sindical para promover la candidatura presidencial del ex intendente de Tigre”, consignan los grandes diarios.

Vale recordar que Moyano asignó a su hijo Facundo la tarea de articular con el massismo, siguiendo la tradición de “poner un huevo en cada canasta”. Mientras, él mismo, el camionero, cortejaría a Daniel Scioli. De esa manera, se garantizaría el principal papel gremial de quien suceda a Cristina Fernández de Kirchner.

Pero con el paro del jueves, no sólo “instaló” a Barrionuevo en el universo massista, sino que, por otra parte, permitió poner de relieve que los verdaderos artífices de la jornada de protesta, y quienes fueron capaces de garantizar la medida, fueron los gremios del transporte.

Esto los deja a Don Luis y a Don Hugo dependiendo más que antes de los sindicatos que son (pruebas a la vista) los capaces de garantizar que cualquier acción tenga “punch”, es decir, que golpee sobre el objetivo al que se apunta.

Lejos de ese polo político (por lo menos en la teoría), las versiones “clasistas” de la izquierda, y los dirigentes de los partidos del FIT, lograron mucho más que “cinco minutos de fama”. Recorrieron todos los canales, hablaron, ganaron en conocimiento entre la población, y cosecharon en parte el descontento social que está dejando la inflación.

Pero el problema principal, es que todos, menos Don Hugo, pugnan por ponerle pimienta al plan de lucha. Total, el río revuelto los hace pescar. Pero Moyano tiene ambiciones más grandes que salir en TN acariciando la rubia cabellera del Pollo Sobrero.

Y menos con Pablo Micheli, referente de una CTA que es ATE y poco más, y en TV irrita a los sectores medios tanto como cualquier dirigente tradicional y tradicionalista del viejo peronismo.

Moyano quiere ser el único líder de una CGT unificada. Este no parece ser el camino. El sindicalismo peronista además de contar porotos, tiene una genética que no va con este tipo de aventuras. Ayer eran movilizaciones muy chicas. Esta semana fue un paro garantizado por piquetes y falta de medios de transporte.

¿Y ahora qué sigue? ¿Sabrá Don Hugo qué escalón transitar para continuar sin tropezar con su luchismo difuso, yendo por medidas más fuertes, como piden sus ocasionales aliados?

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