¿Cuántos locales partidarios tiene Elisa Carrió en la provincia de Buenos Aires? ¿Y cuántos adherentes activos, es decir, quiénes son los cuadros comprometidos con su proyecto, capaces de respaldarla?

Quizá ninguno, o pocos, pero la controvertida diputada tiene una herramienta nada despreciable: un pase libre en todos los programas de TN.

Es, sin dudas, una de las mimadas del grupo Clarín. Ello le permitió levantarse del subsuelo en el que había quedado en 2012, cuando sacó menos votos que el FIT de Altamira y no pudo llegar ni siquiera al 2 por ciento de los sufragios emitidos.

A punto de caer en el olvido, fue rescatada y su figura resucitó. Por estos días, se la ve exultante, vibrante, eufórica, y, como siempre, polémica.

“Él PJ se desdobla para tener dos tercios en el Congreso y ese día no hay más República”, vaticinó en Mar del Plata. Es un estilo: “La República” siempre está en peligro según Carrió, como se sabe. Pero ella la cuida.

Para ello es que pide traslado a Provincia. O quizá ve en ese distrito un campo más fecundo para que el multimedios la promueva. En Capital Federal está el macrismo, el gran preferido de “El Grupo”, y no sería bueno que la legisladora debilite al “gran piropeador de la calle”.

Así que Doña Elisa se lanzó en una cruzada por “salvar” a los bonaerenses. Nos trae, nada más y nada menos, que “La República”.

Se choca de frente con la paciente y persistente Margarita Stolbizer, una obstinada trabajadora del frente progresista, que deberá con lo que tenga frenar a la tanqueta de Clarín.

Desde otro polo que disputa el control del mayor distrito electoral del país, el jefe del bloque de diputados del Frente Renovador, Darío Giustozzi, declaró , respondiéndole, que sueña con que “la provincia deje de estar en manos de porteños improvisados”.

“Nací en el interior de la provincia de Buenos Aires y he vivido y compartido el sufrimiento de millones como consecuencia de la improvisación y el fracaso, en una provincia vasta y compleja pero rica en posibilidades”, señaló el diputado y ex intendente de Almirante Brown.

Pero Giustozzi aprovechó para agregarle más pimienta al asunto: remarcó que él quiere “ser gobernador para terminar con la improvisación de los dirigentes vacíos y paracaidistas” que “*cuando cruzan la General Paz no saben distinguir una villa de un asentamiento y sus particularidades, un cosechero frutihortícola de un cartonero de Laferrere”*.

Por supuesto, hasta ahora la política más mediática, o la mediática más política, no salió a responder. Le va a resultar muy difícil arraigarse en la Provincia, un territorio vasto, menos permeable que la Capital al show mediático, a los programas de TN, y a las notas de medios complacientes.

Acá no hay marquesinas, ni señoras con cacerolas, que ven en ella una referencia ineludible. Pero nadie sabe si es Carrió quien decide hacia dónde ir, o si sólo navega siguiendo los vientos que soplan desde sectores del establishment, o si simplemente se trata de un globo de ensayo para ver qué dicen las encuestas.

Con Carrió nunca se sabe, y todavía no llegaron los tsunamis, huracanes y guerras civiles que pronosticó. Algo que nadie le pregunta en sus largas entrevistas, en las que la estrella puede pasar de la risa al llanto en sólo algunos minutos..