La iniciativa nuclea a los ex trabajadores docentes y no docentes, jubilados o pensionados inscriptos en los registros de la casa de estudios platense. Entre sus objetivos fundacionales se considera la necesidad de mantener el contacto con la UNLP y sus autoridades, y generar lazos entre los asociados “apuntando al mejoramiento intelectual, cultural y bienestar de los mismos”.

Para Martha Sazbon, una de las impulsoras y fundadoras del flamante Centro, “detrás de los aspectos estrictamente formales que implican la creación de una entidad de este tipo en el ámbito de la UNLP, subyace una cuestión emocional muy profunda vinculada al deseo de no desprendernos de nuestra historia en la Universidad”.

El vínculo de Martha con la UNLP comenzó a forjarse hace más de 40 años, cuando en el otoño de 1966 ingresó a trabajar como no docente en la Biblioteca Pública. “Cuando me jubilé en 2012 me costaba imaginar una nueva forma de vida que no incluyera la rutina del trabajo y el contacto con los compañeros. Fue así que me sumé a los talleres del Programa de Preparación para la Jubilación (PreJubi), que organiza la UNLP).

El PreJubi es un programa creado el año pasado por la Presidencia de la Universidad, con el aporte del Programa de Educación Permanente de Adultos Mayores (PEPAM), que está especialmente destinado a trabajadores jubilados o próximos a jubilarse. La iniciativa se propone –a través de actividades y talleres- reunir a los adultos mayores en un clima ameno, reflexionar sobre la adaptación al cambio de vida, disminuir la ansiedad y la angustia por el final de una etapa y propiciar el ocio creativo.

Fue precisamente en el marco de estas actividades que un nutrido grupo de jubilados comenzó a soñar con la idea de contar con un centro propio que les permitiera seguir en contacto con la Universidad y los compañeros. En menos de un año, y con el acompañamiento de las autoridades de la UNLP, ese sueño se materializó en el primer Centro de Jubilados y Pensionados de la Universidad que, por ahora, tiene su sede en el Aula 12 de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Beatriz Oliva se jubiló en el año 2012 y es otra de las fundadoras del Centro. Desde 1983 desempeñó sus actividades en la Biblioteca del Bachillerato de Bellas Artes; hoy, ya lejos de las risas y el alboroto de los alumnos, reflexiona acerca de la importancia de seguir sintiéndose parte de la UNLP: “a través del Centro, podemos seguir haciendo nuestro aporte, transmitir nuestra experiencia y conocimiento para contribuir a la Universidad pública”.

A menos de un mes de su fundación, el Centro de Jubilados y Pensionados de la Universidad Nacional de La Plata ya cuenta con más de 20 asociados y una larga lista de proyectos. Una de las primeras iniciativas es contar con un espacio propio en el sitio web institucional de la UNLP, que permita establecer un canal de contacto permanente con la comunidad universitaria.