La modificación de la Ley de Ganancias es un cambio tributario progresivo. Impacta positivamente sobre los bolsillos de los trabadores y busca garantizar el equilibrio de las cuentas públicas. Somos un gobierno popular y responsable que persigue la sostenibilidad del programa económico de avance, tomando medidas a favor de los trabajadores.

No tomamos deuda, ni reducimos salarios, ni privatizamos para conseguir financiamiento. Ponemos, con esta medida, una herramienta tributaria a favor de la distribución de la riqueza.

Nuestro gobierno tiene un rasgo de identidad. Las políticas de crecimiento y el fomento al desarrollo combinados con mayores derechos para los trabajadores fueron constitutivas durante todo el período desde 2003 hasta la fecha. Y otra característica de la etapa del Proyecto Nacional es que cuando aparecen las crisis, se resuelven yendo para adelante.

Así sucedió con la nacionalización de YPF como respuesta ante la crisis energética y las escasez de combustibles. Y ante la crisis de que la tercera edad no podía jubilarse, sobrevino la vuelta al sistema de reparto. O sea, que el gobierno no inventa los problemas, sino que los resuelve junto al pueblo. Los anteriores gobiernos abordaron las crisis oyendo no al pueblo o los votantes, sino agachando la cabeza de los poderosos y los empresarios corporativos. Acá se gravan las transacciones de compra y venta de acciones de sociedades comerciales que no cotizan en bolsa y sus utilidades.

Y esta medida es complementaria con las políticas de regulaciones del mercado de capitales y el blanqueo. Los que vendan acciones, pueden ir a la bolsa y enriquecer los mercados local y regionales que se estimulan. En la que también cotizarán otras sociedades no tradicionales en el sector del mercado de capitales.

Toda una combinación de políticas públicas que vienen siendo concebidas como ingeniería de un sistema más justo y no una improvisación, según se desprende de otras iniciativas.

GASTON HARISPE
Diputado Nacional
Movimiento Octubres