Es más, el gobernador Daniel Scioli había calificado la propuesta del massismo como “oportunismo demagógico”. Para poner coto a la discusión, el subsecretario de Educación bonaerense, Néstor Ribet, confirmó que las vacaciones serán de dos semanas, entre el 21 de julio y el 1 de agosto.

Hoy, a la tarde ocurrían dos reuniones casi en simultáneo: la sesión de Senadores, y otra en la Dirección General de Escuelas.

Allí, su titular Nora de Lucía dialogaba apaciblemente con los sindicalistas del sector, y en ningún momento mencionó la posibilidad de que el viernes fuera día no laborable para la administración pública.

Se lo confirmaron a Infoblancosobrenegro dos secretarios generales que estuvieron en la mesa de discusión con De Lucía.

Mientras, el senado bonaerense convalidaba el pedido que el Ejecutivo remitió a último momento y el Cuerpo sancionó el asueto, lo que dejaba a los colegios prácticamente sin clases para el viernes.

*Cuando acababa de terminar la reunión convocada por De Lucía, dialogamos con un paritario docente y nos confirmó “estar sorprendido” por la versión que ya circulaba con rapidez y que indicaba que el tema estaba resuelto, una noticia que ya conocía la funcionaria (la más lógica de las opciones), o que desconocía (algo muy poco probable) y decidió no anunciar.

Pero la rapidez y la desprolijidad del ejecutivo bonaerense incluye otros ingredientes muy picantes: ¿qué pasará con los proveedores de los comedores que organizan su distribución con 24 horas de antelación?

Otra: si el Gobierno, pensaba tomar esta medida, ¿por qué no se anunció con el tiempo necesario para comunicar a los menores que los colegios permanecerán sin clases, con todo lo que implica una jornada con asueto?

Pero si no estaba planificado: ¿así, tan espontánea y súbitamente toma las decisiones el ejecutivo de la Provincia?

Un dislate natural en un área que el sciolismo no logra enderezar. Los colegios presentan infinidad de problemas edilicios (falta calefacción, hay techos rotos, ventanas sin vidrios e infinidad de falencias), los docentes reclaman por reabrir las paritarias, y los pibes y pibas reciben educación sólo cuando hay clases, no durante el ciclo lectivo normal.

Mientras, las escuelas privadas se hacen un festín, tiran abajo paredes, amplían aulas, engrosan su matrícula, y siguen recibiendo subsidios del Estado, aunque no respeten (en muchos casos) los contenidos que el mismo Estado les exige (sobre todo cuando entran en colisión con la formación religiosa que imparten).

En ese desorden, es que tarde, sin planificarse, para sorpresa de propios y extraños, y de la noche a la mañana, las escuelas estarán otra vez cerradas este viernes.

Los chicos en casa o en la calle, y las aulas vacías, una imagen que los bonaerenses ya conocen y no quieren ver más.