En el allanamiento, se encontró que el local funcionaba como “pantalla” de una farmacia cualquiera, pero encontraron muy pocos medicamentos que no fueran psicofármacos.

“Atrás del mostrador no había casi nada, los estantes estaban desocupados, había muy pocos remedios, pero encontramos muchas cajas de psicofármacos cuya trazabilidad es incomprobable. O sea, no se sabe de dónde llegaron, no hay documentación que respalde su compra”, explicó uno de los responsables de la intervención en el comercio.

Participaron la Municipalidad de La Plata, la Policía Científica, junto a agentes del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).

Todo empezó cuando personal de la Dirección de Niñez y Adolescencia de la MLP comenzó a interactuar con menores en situación de calle que en reiteradas oportunidades fueron detenidos con síntomas de haber consumido mediacamentos mezclados con alcohol.

Los análisis médicos que se realizaban a los menores cada vez que se los demoraba confirmaban que el consumo era habitual, por lo que se focalizó el accionar preventivo y asistencial sobre esos chicos, que finalmente confesaron comprar ilegalmente las drogas que consumían en la farmacia de 7 y 55.

Pese al operativo, no hubo detenciones. Quedó imputada la dueña de la farmacia, María Elizabeth Easarret, a quien se le incautaron recetarios médicos para psicofármacos, una computadora y libros de registros.

En la causa hay filmaciones que incriminan a la dueña del local, donde quedó registrado el constante ingreso y salida de jóvenes a toda hora. Inclusive, era tal la situación de irregularidad con la que funcionaba el comercio, que no tenía la habilitación municipal en orden.