jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº -1961

Información General | 26 jul 2014

Con la dirección de Carlos Vieu

Orquesta y coro estables junto a solistas interpretan en el Teatro Argentino el Réquiem de Verdi

La notable obra litúrgica que el genial compositor creó en la última etapa de su vida constituye el quinto programa del ciclo anual de conciertos del primer coliseo bonaerense.


El sábado 9 de agosto próximo, a las 20.30, y el domingo 10, a las 18.30, en la Sala Alberto Ginastera del Teatro Argentino de La Plata, dependiente del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires, proseguirá el ciclo anual del primer coliseo bonaerense con un concierto sinfónico-coral en el que se ofrecerá la Misa de Réquiem, para coro, voces solistas y orquesta, de Giuseppe Verdi.

La batuta estará a cargo del director titular de la Orquesta Estable, Carlos Vieu, la preparación del Coro Estable le corresponderá a Hernán Sánchez Arteaga y como cantantes solistas participarán la soprano Eiko Senda, la mezzosoprano María Luisa Merino Ronda, el tenor Carlos Duarte y el bajo Hernán Iturralde.

Hay entradas desde $ 30, disponibles en las boleterías del Teatro, de martes a domingos, de 10 a 20, o a través de TuEntrada.com, Tel. 5533-5533 (Capital Federal). Para informarse de los descuentos a jubilados, pensionados, jóvenes, estudiantes, docentes y discapacitados y de las demás promociones vigentes consultar nuestro Sitio Web www.teatroargentino.gba.gov.ar

Quienes se encuentren en Capital Federal o sus cercanías dispondrán de un servicio de ómnibus que partirán desde la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Callao 237, dos horas y media antes del inicio de cada concierto. Los pasajes de ida y vuelta tienen un valor de $ 160 y también pueden ser adquiridos con anticipación por medio de TuEntrada.com

Con tanta fuerza dramática como profundidad espiritual

El nombre de Giuseppe Verdi (1813-1901) no es sólo sinónimo de ópera italiana sino del género entero del drama musical. La Traviata, Rigoletto, Il Trovatore y muchos otros títulos imborrables del repertorio lírico constituyen la médula de su riquísimo legado a la posteridad musical. Pero su impar herencia también incluye otras formas musicales. En el período que va desde la creación de Aída (1871) hasta el alumbramiento de Otello (1887), Verdi compuso obras de otros tipos, incluidas piezas sacras, entre las que se destaca nítidamente la Misa de Réquiem concluida en 1874.

Un año antes, sumamente conmovido por la muerte del gran escritor y poeta Alessandro Manzoni (1785-1873) a quien el músico admiraba no sólo por sus logros artísticos sino porque compartía con él los ideales patrióticos de libertad y justicia que habían dado impulso al Risorgimento italiano, Verdi recuperó su antiguo proyecto de componer una Misa de Réquiem.

Concluida la partitura, su primera ejecución tuvo lugar en la Iglesia de San Marcos de Milán, en ocasión de conmemorarse el primer aniversario del fallecimiento de Manzoni, el 22 de mayo de 1874.

El prestigio del homenajeado, cuya novela Los novios sigue siendo considerada por muchos la cumbre de la literatura peninsular del siglo XIX, más la enorme popularidad con la que Verdi ya contaba por entonces, contribuyeron además, por supuesto, de los meritos intrínsecos de la pieza para que el éxito fuera inmediato. Pronto la composición trascendió tanto las fronteras nacionales como el ámbito ritual de las iglesias para pasar a formar parte del repertorio universal de conciertos.

El oficio de operista se nota en el crescendo casi dramático que identifica a este Réquiem, caracterizado además por expresar una honda meditación espiritual, pese a que el músico nunca se había manifestado particularmente religioso.

Como bien ha dicho el crítico español Luis Suñén, “todo Verdi está en el Réquiem, desde la evocación teatral hasta la perplejidad del alma que se pregunta por lo que habrá más allá, si es que hay algo”.

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