viernes 19 de abril de 2024 - Edición Nº -1962

Información General | 4 ago 2014

OPINIÓN, por Ezequiel Kopel

La realidad de los datos de Gaza

Diez puntos que explican por qué continúa la ocupación israelí en la Franja de Gaza a pesar del plan de desconexión llevado adelante en 2005


“El significado del plan de desconexión es congelar el proceso de paz y si congelamos el proceso de paz, prevenimos el establecimiento de un estado palestino.”

Dov Weisglass, jefe de gabinete de Ariel Sharon, 2004

A muchos les gusta repetir que Israel abandonó la Franja de Gaza en 2005 para recibir miles de misiles a cambio. A pesar de que el primer cohete lanzado desde Gaza explotó en territorio israelí en el año 2001, esta afirmación dista mucho de ser legítima, por lo que conviene repasar algunos datos para comprender cabalmente lo que sucede en esa diminuta porción de tierra superpoblada.

1) A pesar de que Israel evacuó sus asentamientos e instalaciones militares de Gaza durante agosto de 2005, el Estado israelí mantiene el control del “registro de población” de la Franja, del espacio aéreo y marítimo y de una “zona colchón” (a la cual los palestinos no pueden acercarse a pesar de estar del lado de su territorio) de más de 1,5 kilómetros de profundidad, constituyendo el 17 por ciento del área total de Gaza.

Actualmente, luego de iniciadas las hostilidades en julio de este año, la “zona colchón” se expandió al 40 por ciento del territorio de la Franja. Cabe destacar que con el cese al fuego de 2012, Israel se comprometió a reducir la zona a sólo 100 metros de distancia del borde israelí, promesa incumplida hasta el día de hoy.

2) Israel controla el único paso fronterizo autorizado para la entrada y salida de bienes y el único paso limítrofe (Erez) por el que pueden salir personas desde Gaza hacia Cisjordania e Israel. Por los acuerdos de paz entre Egipto e Israel de 1979, y por los acuerdos de Oslo de 1993 entre palestinos e israelíes, el otro paso fronterizo que tiene Gaza con el resto del mundo, Rafah, sólo se encuentra habilitado para el acceso de civiles y no de mercaderías. Actualmente, ese borde se encuentra cerrado por las autoridades militares egipcias.

Entre los elementos no permitidos para su entrada se encontraron desde zapatos y notebooks hasta cilantro. Dicho esto, es necesario recalcar que por todo lo que permite entrar a la Franja Israel recauda impuestos, tanto a modo de donación internacional o como productos israelíes, sumándole un impuesto sobre el valor agregado de los bienes.

Además, Israel no permite que productos de Gaza lleguen a Cisjordania, manteniendo un férreo monopolio de sus productos en las dos entidades territoriales palestinas. Los palestinos usan shampú israelí, toman café israelí y mientras los israelíes gozan económicamente del comercio hacia el interior de Gaza, la misma ecuación no se repite con los productos gazatíes ya que su entrada está completamente prohibida a Israel y Cisjordania: un ejemplo de esta inequidad es que sólo en 2012, compañías israelíes facturaron 380 millones de dólares por productos comercializados en Gaza.

3) El 40 por ciento de la población de Gaza se encontraba desempleada a mediados de este año luego de cumplirse siete meses desde que el gobierno israelí impidiera la entrada de materiales de construcción. La prohibición provocó que el aumento del desempleo se incrementara más del 10 por ciento respecto del segundo trimestre del año pasado. El 70 por ciento de la población gazatí recibe ayuda humanitaria y, hacia mediados de junio de 2014, había unos 180 mil desempleados, mayormente antiguos trabajadores de la construcción.

4) La mayoría del dinero que Hamás utilizó para la compra de cohetes ingresó por las regalías de los túneles de contrabando, la economía paralela subterránea de Gaza creada a partir del bloqueo de Israel y Egipto. Hamás recauda millones de dólares por los impuestos que impone por el uso de esos mismos túneles.

Desde 2012, Hamás ha recibido muy poco dinero de Irán (otrora su gran proveedor) por su posición en contra de Basher Al-Assad en Siria, y la mayoría del dinero enviado por Qatar (el otro gran financista en la Franja) no ha sido destinado a armamento sino al combustible y el desarrollo inmobiliario.

El contrabando continúa en aumento pues sigue siendo más barato ingresar nafta proveniente de Egipto por un túnel que comprar gasolina israelí “legal” ya que cuesta hasta cinco veces más, al igual que el cemento. Es decir, el mayor alimento económico de Hamás resulta ser el mismísimo bloqueo que intenta perjudicarlo.

5) Desde 1948 hasta 1967, Gaza estuvo bajo gobierno militar egipcio. Luego, desde 1967 hasta 1994, el gobierno militar fue israelí. Después gozó de una especie de autonomía palestina pero con colonias y bases militares israelíes en su territorio por once años. Y, desde que en 2005 lsrael retiró sus colonias civiles y sus bases militares, Gaza es bloqueada por mar y aire.

En 2006, Hamás ganó las elecciones parlamentarias y un año mas tarde tomó por la fuerza el control de la Franja luego de que tanto Israel como la Autoridad Palestina desconocieran su victoria. El bloqueo terrestre se instauró el 15 de junio de 2007, un día después de que Hamás tomara el poder en Gaza. Por otra parte, desde 2005, Gaza fue invadida por Israel en las operaciones militares “Lluvias de verano”, “Nubes de otoño”, “Invierno caliente”, “Plomo fundido”, “Eco de retorno” y la que transcurre en este momento, “Margen protector”.

6) Respecto de la problemática del agua en Gaza, donde 95 por ciento del total existente no es potable, Israel ha decidido imponer una economía un tanto feudal: los habitantes deben “conformarse” con el agua de lluvia y las aguas subterráneas que se acumulan bajo su territorio.

Como resultado, la demanda es excesiva y hay superávit de bombeo de las aguas subterráneas que no son aptas para el consumo humano pues están salinizadas por la mezcla con el agua de mar y por los residuos decrépitos de las de tuberías. En base a los compromisos de Oslo​​, Israel vende cinco millones de metros cúbicos de agua a Gaza, lo que significa menos de un diez por ciento de lo que se consume en la Franja.

7) Las autoridades palestinas en Gaza pagan toda la electricidad que reciben de Israel. La demanda eléctrica varía entre 350 a 470 megavatios, dependiendo el momento del año. Gaza compra 120 megavatios de Israel, establecidos en los acuerdos de Oslo, y otro 28 megavatios a Egipto. Desde 2006, cuando fue bombardeada por Israel, la única planta de energía de Gaza no tiene la capacidad producir el resto de la electricidad necesaria para el desarrollo normal de su población.

Sin embargo, la situación empeoró días atrás, cuando Israel destruyó esa única planta de energía, condenando a los gazatíes a vivir sin energía eléctrica la mayor parte del día. Asimismo, numerosos diputados y oficiales israelíes han propuesto cortar la entrega de energía a Gaza pero se olvidan de que la Suprema Corte de Justicia de Israel, en una resolución del año 2007, dictaminó que “como resultado de la ocupación militar israelí a través de los años, el territorio de Gaza es completamente dependiente del suministro de energía desde Israel” por lo cual tiene la obligación de la “evitar cualquier acción que pueda producir una crisis humanitaria en Gaza”. Además, el Fiscal General de la Nación prohibió “cualquier plan que incluya el corte de energía pues contradice las obligaciones humanas que Israel tiene con Gaza producto de la ocupación”.

8) El 85 por ciento de las aguas de Gaza son inaccesibles para sus pescadores debido a las restricciones israelíes. Según un acuerdo firmado en 1995, Israel se comprometía a expandir a 37 kilómetros la distancia de pesca desde la costa. Durante la segunda Intifada el número se achicó a 22 kilómetros .

Ahora, Israel dictamina que los palestinos sólo pueden pescar hasta 11 kilómetros de sus costas, aunque a veces reduce esa distancia a 5, 5 kilómetros. El límite fijado en 11 kilómetros excluye las mejores zonas de pesca. Israel mantiene el control total sobre las aguas territoriales de Gaza y, por tanto, evita el tránsito de bienes y personas a través del mar , y no permite la pesca a una distancia de más de seis millas náuticas de la costa de Gaza.

9) De las 1.800.000 personas que viven en Gaza más del 40 por ciento no supera los 14 años, más de un cuarto tiene familia en Cisjordania y otro 15 por ciento tiene familiares en Jerusalén Este e Israel. Hasta antes de la operación “Margen protector”, Israel sólo permitía el contacto de familiares entre Gaza y Cisjordania en “casos humanitarios excepcionales”.

10) Gaza y Cisjordania son una única entidad territorial indivisible, dividida en dos partes según la comunidad internacional y los pactos de Oslo firmados entre israelíes y palestinos.

Israel controla el único registro de población que comparten Gaza y Cisjordania, encargado de inscribir los nacimientos, los casamientos, los divorcios, las muertes y hasta los cambios de domicilios (si el nacimiento de un niño palestino en Cisjordania o Gaza no se reporta a la Administración Civil israelí, ese niño no podrá obtener documentos a partir de los 16 años).

La información exhibida en esos documentos de identidad palestinos estará en hebreo, el idioma del ocupante. A la vez, el registro de población determina quién es un “residente” palestino y por lo tanto está habilitado a recibir documentos de viaje y permisos para abandonar la Franja de Gaza. La coordinación de esos trámites es monopolizada por los representantes de la Autoridad Palestina en Gaza (a pesar de que no gobiernan en la Franja), quienes elevan la petición de documentos a las autoridades israelíes pertinentes. El mismo proceder ocurre con la entrada de mercaderías a Gaza.

Con el control del aire y del mar, con la autoridad de decidir quién o qué sale y entra, con el dominio de la electricidad, con el monopolio del tipo de moneda de circulación y la potestad de decidir quién es anotado en el registro de población, es imposible afirmar que la ocupación israelí de Gaza está terminada desde 2005.

Según la ley internacional, las obligaciones de una potencia ocupante están detalladas en la Cuarta Convención de Ginebra y en las Regulaciones de la Haya. Por lo tanto la “Ley internacional de ocupación” todavía hace responsable al Estado de Israel del bienestar de la población de Gaza debido a que, por todo lo detallado en los diez puntos anteriores, sigue ejerciendo su control sobre las vidas de los residentes palestinos.

Agencia Paco Urondo

Por Ezequiel Kopel
@EzequielKopel

*El autor es periodista especializado en Medio Oriente

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