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Información General | 17 sep 2014

Europa conmovida y sin aliento

Escocia puede abandonar Gran Bretaña en el plebiscito que se realizará mañana

Alrededor de 4.2 millones de escoceses mayores de 16 años acudirán a las urnas mañana para decidir su futuro


(Télam) Tres nuevas encuestas sobre intención de voto publicadas anoche, coinciden en que el “No” a la independencia se impondrá por una ventaja de entre 4 y 6 puntos.

El sondeo de ICM para el periódico The Scotsman sitúa a los partidarios de la unión en el 52 por ciento frente al 48 de los separatistas, mientras la encuesta de The Daily Telegraph achica unas décimas la distancia y la del Daily Mail la amplia en dos puntos.

Los expertos aseguran que con este margen tan estrecho, los indecisos, que suponen una brecha entre el 8 y el 14 por ciento, serán quienes desequilibrarán la balanza.

Casi 4,3 millones de personas tienen en sus manos decidir entre la separación de Escocia del Reino Unido o la oferta unionista de última hora de mayor autogobierno si vence el “No”.

El referéndum se presenta así como una situación en la que los escoceses ganarán de una forma u otra, aunque existe una gran incertidumbre sobre las consecuencias que tendrá la elección si gana una u otra opción. Nada está garantizado.

En ese contexto, el ministro principal de Escocia y líder independentista, Alex Salmond, aseguró hoy que su país será la “envidia del mundo” si los votantes deciden dejar el Reino Unido.

En una carta pública dirigida a los escoceses, Salmond sostiene que “durante unas horas preciosas, la soberanía está en sus manos, el poder está en sus manos. ¿Qué hacer? Eso está en cada uno”.

Salmond, principal artífice del plebiscito gracias a la mayoría absoluta que obtuvo su Partido Nacionalista Escocés (SNP) en el Parlamento de Edimburgo en 2011, subraya que el referéndum ya cambió a Escocia para siempre.

“Lo que encontré en todas las comunidades que visité es confianza, creencia y empoderamiento”, afirma.

El líder independentista cerrará la campaña del “Yes Scotland” (Sí Escocia) esta noche en Perth, en el centro-este y considerada el corazón del país.

Antes, Salmond descartó la oferta de mayor autonomía que lanzaron ayer por escrito los líderes de los tres principales partidos británicos (conservadores, laboristas y liberal demócratas) ya que “no es nueva sino que fue reformulada por la desesperación”.

“Han subestimado a los escoceses”, reiteró. Y sobre la moneda que utilizará Escocia si se independiza, uno de los temas más álgidos del debate de los últimos días, el dirigente independentista insistió: “Utilizaremos la libra esterlina”.

La campaña de los separatistas llama a los escoceses tomar las riendas de su futuro, lo que claramente se presenta como una oportunidad para los ciudadanos que se sienten impotentes ante políticos que ven lejanos a sus intereses y más cercanos a los poderes económicos y financieros de turno.

Del otro lado, la campaña unionista “Better Together” (Mejor Juntos), respaldada por los principales partidos británicos, advierte que el referéndum escocés no es una elección más y si gana el “Sí” no habrá vuelta atrás.

El primer ministro, David Cameron, el líder liberal demócrata, Nick Clegg, y el líder laborista, Ed Miliband, prometieron por escrito elevar el techo de autogobierno del Parlamento escocés y brindar una fuerte protección al Sistema de Salud escocés (NHS), así como otros servicios públicos.

“Creo que votando ‘No’ los escoceses tendrán un país y un Parlamento más fuerte. En cambio, votar ‘Sí’ traerá riesgos, en la moneda y en empleos y la mayoría de los escoceses no quiere eso”, dijo hoy en declaraciones a la BBC radio el jefe de la campaña unionista, Alistari Darling.

“Hay muchas preguntas sin respuesta, demasiada incertidumbre. Por eso creo que mañana ganaremos”, añadió.

Sobre el terreno, la campaña unionista tendrá como protagonista en el último día al ex primer ministro laborista Gordon Brown, quien estará en un acto en Glasgow, histórico bastión de su partido que se está inclinando hacia la independencia tras años de desilusión por las políticas de Westminster.

Algunos analistas aseguran que el sueño de la independencia descansa en esta ciudad, la más poblada de Escocia y de tradición obrera.

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