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Información General | 13 oct 2014

Sínodo de la Familia en el Vaticano

Obispos católicos muestran apertura en temas como la homosexualidad y el divorcio

Los obispos que participan del Sínodo de la Familia en el Vaticano publicaron un resumen con conclusiones parciales del encuentro. Se hace visible un significativo cambio en el pensamiento de la institución bajo la conducción del Papa Francisco


En el Sínodo de la Familia, los obispos del mundo mostraron una apertura sin precedente respecto a la homosexualidad al afirmar que los homosexuales tienen “dones y cualidades” que ofrecer a la iglesia, que deberían ser aceptados y que hay aspectos “positivos” en las parejas que conviven sin estar casadas.

Las reuniones de obispos sobre asuntos de la familia llegaron al punto medio de sus dos semanas previstas con un documento que resumió la marcha hasta ahora del debate a puerta cerrada, reportó The Associated Press.

No se anunciaron decisiones, pero en el documento preliminar se destacó una aceptación parcial, en vez de la condena tradicional, de la homosexualidad.

Los obispos dijeron que los homosexuales tienen “dones y cualidades” que ofrecer y preguntaron retóricamente si la Iglesia estaba dispuesta a ofrecerles la bienvenida, “aceptando y valorando su orientación sexual sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio”.

Sin embargo, los obispos reiteraron que el casamiento homosexual está fuera de cuestión, aunque admitieron que las sociedades entre homosexuales tenían su mérito.

“Sin negar los problemas morales conectados con las uniones homosexuales, hay que advertir que hay casos en los que la ayuda mutua al límite del sacrificio constituye un apoyo precioso en la vida de los socios”, dijeron.

Aceptación de parejas no casadas

En cuanto a los heterosexuales, los obispos dijeron que deben aceptar “la realidad positiva de los casamientos civiles”, e incluso la cohabitación, con el objeto de ayudar a la pareja a comprometerse eventualmente al matrimonio religioso.

Control de natalidad

Los obispos también reclamaron una relectura de la encíclica de 1968 Humanae Vitae que resaltó la oposición de la iglesia al control de natalidad artificial. Los obispos dijeron que las parejas deberían estar abiertas incondicionalmente a tener hijos, pero que el mensaje de Humanae Vitae subraya la necesidad de respetar la dignidad de la persona en la evaluación moral de los métodos de control de natalidad.

Se ha hablado mucho en el sínodo acerca de aplicar el concepto teológico de la “ley del paso gradual” en las situaciones familiares difíciles. El concepto estimula al feligrés a dar un paso por vez en la búsqueda de la santidad.

Los obispos también propusieron nuevos modos “valientes” de asistir a las familias, especialmente a las “dañadas” por el divorcio. El documento no tomó partido en la cuestión más divisiva del sínodo, si los católicos que se divorcian y vuelven a casarse sin una anulación pueden recibir la comunión.

Nulidad de matrimonio más flexible

Los participantes en el Sínodo también reconocen la necesidad de tomar “opciones pastorales valientes” sobre situaciones familiares difíciles, como la de los divorciados, según el documento resumen de todas las intervenciones de los obispos, dijo la agencia Efe.

Varios participantes en este Sínodo extraordinario que hoy comenzó su segunda y última semana de trabajos además “han subrayado la necesidad de hacer más accesibles y ágiles los procedimientos para el reconocimiento de casos de nulidad” matrimonial.

Escuchar con respeto

En sus intervenciones de la semana pasada los participantes en el Sínodo extraordinario han reconocido que estas situaciones familiares para los católicos “la mayoría de las veces han sido sufridas más que elegidas en plena libertad”.

“Cada familia herida debe ser primero escuchada con respeto y amor haciéndose de ellas compañeros de camino como Cristo con los discípulos de Emaús”, se lee en la relación resumen.

Explican que esto es “indispensable para los separados y divorciados” pues “debe ser respetado sobre todo el sufrimiento de aquellos que han sufrido injustamente la separación y el divorcio”.

Los obispos destacan la necesidad de “hacerse cargo de manera leal y constructiva de las consecuencias de la separación o del divorcio en los hijos” y de “buscar las formas mejores para que puedan superar el trauma de la división familiar y crecer en el modo más posiblemente sereno”.

Divorciados

Sobre el asunto que más debate ha causado tanto fuera como dentro de la asamblea, el de dar la comunión a los divorciados y vueltos a casar, se ha pedido “un discernimiento atento y un acompañamiento lleno de respeto, evitando cualquier lenguaje o actitud que les haga sentir discriminados”.
Pero en el documento se plasma la división interna entre los obispos sobre la posibilidad de acceder a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía.

“Algunos han argumentado a favor de la disciplina actual en virtud de su fundamento teológico, otros se han expresado a favor de una mayor apertura (…) cuando se trata de situaciones que no pueden ser disueltas sin determinar nuevas injusticias y sufrimientos”, se lee en el documento.

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