El proceso electoral brasileño culmina confirmando que existe una gran polarización entre dos proyectos.

La alternativa favorita es la de Dilma Rousseff, que aspira mejorar y profundizar las trasformaciones iniciadas por Lula da Silva. Es la cuarta vez que el PT recurre a una segunda vuelta para ganar las elecciones presidenciales. Así fue con Lula en 2002 y 2006, y con Dilma en 2010.

*Con Lula, Brasil se convirtió en la séptima economía global y más de 20 millones de personas salieron de la pobreza extrema. Conservó aspectos de la política económica pero incrementó el gasto “social” y el país creció imponiendo “un nuevo Brasil”, más integrado, para el resto del mundo.

En esta campaña, la tónica de la disputa presidencial cambió con la sustitución de Marina Silva por Aécio Neves como principal candidato de la oposición.

La polarización es entre una candidata que representa el proyecto iniciado por Lula y otro que encarna el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.

Dilma Rousseff, ex guerrillera, militante en la lucha contra la dictadura, fue la escogida por Lula para dar continuidad a su gobierno. Representa el eslabón secuencial y la profundización de la construcción de alternativas al neoliberalismo.

Aécio Neves ha sabido conquistar el apoyo de Marina Silva: ¿Los electores avalarán de esa trama tejida del tinglado montado por dos políticos que, a fin de cuentas, no podrían ser más diferentes?

El perfil de los gobiernos del PT tiene correlatos diferentes en la región: prioridad a políticas sociales, proyectos integracionistas regionales, intercambio Sur-Sur, y rol activo del Estado.

Se consolidó con los acuerdos de integración regional que Brasil impulsa del Mercosur a los BRICS, pasando por Unasur, Celac, Banco del Sur y Consejo Sudamericano de Defensa.

La centroderecha cuenta con su candidato favorito Aécio Neves, quien se nutre de los favores de los medios grandes de comunicación. En su mochila pesa la sorpresiva derrota que tuvo en Minas Gerais, donde fue gobernador, perdiendo frente a un candidato del PT en primera vuelta.

Sin embargo, los principales analistas políticos como Steven Rosenstone, de la Universidad de Michigan, acotan que el 95% de las veces gana una elección quien va por la reelección.

Como pocas veces en la historia reciente, Brasil está dividido en dos. No es casual que sean dos los proyectos de país. Uno de ellos logrará imponerse ante el otro.