La isla mínima, de Alberto Rodríguez, se ha alzado con el Goya a la Mejor Película en la 29ª edición de los premios de la Academia de Cine, de la que se ha convertido en la gran triunfadora, con diez galardones. La cinta, un thriller policiaco sobre adolescentes desaparecidas ambientado en la Transición y protagonizado por Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo, partía como favorita de la gala con 17 nominaciones.

“Es un verdadero honor. Estamos muy orgullosos’’, dijo el director de Relatyos Salvajes, Damián Szifron, sobre el escenario. Su obra competirá el 22 de febrero por el Oscar a la mejor película extranjera.

“Relatos salvajes”, dirigida por Damián Szifron, está coproducida por la argentina Kramer & Sigman Films y la española El Deseo, de los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar.

El filme de Szifron se estrenó en el último Festival de Cannes, donde obtuvo una gran recepción.

La película, que está compuesta por seis cortos de comedia negra y drama, tiene entre su reparto a los argentinos Ricardo Darín, Óscar Martínez o Leonardo Sbaraglia.

Szifrón recogió el Goya de manos de Cayetana Guillén Cuervo y Ernesto Alterio, y lo hizo acompañado de Pedro y Agustín Almodóvar y Esther García, de la productora El Deseo, coproductora de la película y representantes de la argentina Kramer & Sigman Films.

“Es una gran placer estar acá por este premio y por las nueve nominaciones. Estamos muy orgullosos”, afirmó el director, que dio las gracias a “los mejores productores posibles”, que le han impulsado a trabajar al mejor nivel.

Y dedicó el premio al “extraordinario elenco” de la película, a sus padres, a su mujer y a sus dos hijas.

Por su parte, Agustín Almodóvar quiso dar las gracias a la Academia española por haberles tratado como “una película cien por cien española”.

Darín, Leonardo Sbaraglia, Darío Grandinetti, Érica Rivas, Rita Cortese, María Marull, Óscar Martínez o Julieta Zylberberg son algunos de los nombres que componen un reparto coral que enriquece una película que funciona como un mecanismo de relojería en el que cada elemento es indispensable para dotar de unidad a la narración.

Pese a que no consiguió ningún premio en la sección oficial, salió de Cannes con distribución para Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Escandinavia, Italia, Benelux, Francia, Japón, países del este de Europa y toda Latinoamérica.

En Argentina fue todo un fenómeno, con más de 3,5 millones de espectadores, y también consiguió importantes cifras en España – con casi un millón de espectadores -, Uruguay, Chile, México o Francia, con 258.000 entradas vendidas en solo dos semanas, según datos de la productora argentina.