viernes 26 de abril de 2024 - Edición Nº -1969

Información General | 22 jul 2015

Por Federico Tártara

Tres días que cambiaron el Mundo

Postales y reseñas del Encuentro Mundial de Movimientos Populares celebrado en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.


Fotos: Pablo Caprarulo

- Como dice la Biblia el que da un vaso de agua al que tiene sed, tiene ganado el paraíso – expresa el Papa Francisco, para romper con todo protocolo cuando ya lleva varios minutos de un discurso que no repara en ritmos, ni en denuncias, ni en elogios a los movimientos populares.

Uno de los encargados de su seguridad, vestido como en las películas de agentes, acaba de alcanzarle el segundo vaso de agua a un hombre que luce radiante, más allá de su intensa recorrida en tierras bolivianas. Antes, en su entrada, recibió las manos de quienes se amuchaban en las vallas, y respondió sonriente, pero caminando a paso seguro.

Una vez en el escenario escucha atentamente la “Declaración de Santa Cruz”: los 10 puntos que sintetizan los tres días de debates y conferencias. Minutos después, habla el presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Evo Morales, quien viste una chaqueta que cerca del corazón tiene la imagen del Che Guevara. El líder originario repasa los logros y la gestión del actual gobierno. Francisco, puede hablar desde su lugar, pero camina varios pasos y habla desde el atril, como todos.

“No se achiquen en sus reclamos”, retoma el Papa al promediar la media hora en el plenario de cierre en el auditorio principal del FexpoCruz en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, flanqueado por 16 delegados de organizaciones sociales, entre ellos los argentinos Pepino Fernandez (UTD-Mosconi) y Sergio Sanchez (CTEP-Cartoneros). Abajo, en el primer sector, hay 120 delegados de los trabajadores y trabajadoras representantes de la Economía Popular de todos los continentes del Mundo.

En una hora de alocución, el Santo Padre, estructura minuciosamente las principales críticas hacia un sistema capitalista que genera exclusión, hambre, pobreza y devasta día tras día a la Madre Tierra. Sus palabras fueron acompañadas con aplausos y vítores por parte de los 1.500 militantes que cubrieron todo el auditorio.

Antes de retirarse, Francisco intercambia sombreros con Evo, y juntos sonríen para la foto. Luego, se le acerca un minero que le entrega, a modo de recuerdo, dos cascos distintivos de su trabajo. Lo luce y alza las manos, para lucirlo mejor. Luego, traspasa las cortinas negras y se pierde del escenario.

La marea humana que lo esperaba para la salida, deja las vallas y comienza lentamente a desconcentrarse. Sin embargo, la seguridad vaticana, aún permanece en el escenario: acomodan las sillas y corren la mesa principal, hacia el lado derecho. Pasan varios minutos. Nuevamente los gritos y aparece el Santo Padre, ahora camina más rápido, saluda con un hasta pronto.

Tres días de debate de los movimientos populares

Evo llegó en medio de una intensa lluvia, propia de los lugares tropicales y también de la cercanía amazónica de la zona. Entró al auditorio por una de las puertas laterales y, una vez sentado, devolvió uno a uno, los frecuentes saludos que le llegaban del público. En un momento, llamó con insistencia a uno de sus colaboradores, que fue y vino con un maletín que llevaba bordado el Escudo y la Bandera de Bolivia. Revisó papeles y buscó palabras exactas siguiendo con el índice las líneas del texto. Cuando habló, desde el atril, se develó el misterio: “El Batallón Sagrado”.

De la Argentina participaron 250 trabajadores de distintas unidades productivas de la Economía Popular, que arribaron a la ciudad luego de un extenso viaje que incluyó escalas en distintas ciudades del país, donde fueron acoplándose nuevos representantes.

En la apertura, integrantes de distintas organizaciones de campesinos realizaron una danza que culminó con el escenario minado de frutas y verduras de producción agroecológica. Juan Grabois, por la CTEP, y Jao Pedro Stile, del Movimiento Sin Tierra de Brasil, fueron los encargados de dar la bienvenida y ajustar los detalles organizativos del encuentro.

“Nos convoca Francisco, tenemos coincidencias. El nombre ‘Francisco’, hace honor al pueblo y a la Iglesia; como el santo Francisco, que renuncio a su riqueza para ayudar a los pobres”, afirmo el líder boliviano al cerrar el primer panel, que contó con la participación del Cardenal Peter Turkson, del Concejo Pontificio de Justicia y Paz, del Vaticano, quien antes en rueda de prensa dijo “por nuestra parte es un momento de escucha, esperamos la participación que será un estimulo para llevar adelante la vida de la iglesia en relación con los movimientos populares”.

El clima del encuentro estuvo signado por el colorido de las banderas de organizaciones políticas venidas de países tan distantes como Kurdistan y Canadá, representaciones sindicales como la COB – Central Obrera Boliviana -, la Unión de Agricultura de Palestina, Federación de Cooperativas de Vivienda de Uruguay y Venezuela y organizaciones campesinas de Latinoamérica.

También hubo lugar para los canticos que bajaron desde las cuatro gradas, reclamando “Mar para Bolivia, Malvinas Argentinas” y “Justicia por la masacre de Curuguaty”, ya que en pocas semanas se realizará el juicio por esta masacre, donde en el banquillo de los acusados hay sólo campesinos paraguayos. Ellos, los últimos, corearon durante los tres días de forma imparable, mezclando cantitos de fútbol argentino, y el atronador “Alerta, Alerta, Alerta, que camina el antiimperialismo por América Latina!”.

La militancia popular aprovechó los días para intercambiar banderas y remeras, en un encuentro internacional que promete extenderse y operar como faro de entendimientos, en tiempos muy distintos a otros procesos latinoamericanos de décadas anteriores, donde ahora quienes convocan no son cubanos.

“El papa está arriesgando su vida”

“El Papa está arriesgando su vida y su seguridad, porque las cosas que está diciendo están disgustando a los poderosos del mundo, los está desenmascarando, poniendo en claro las cosas” dijo José Raúl Vera López, Obispo de la Diócesis de Saltillo (México) al cerrar el primer panel de Economía Popular.

Mientras tanto, la ciudad más populosa del altiplano, aun no despierta de su sueño. En los comercios descansan en sus frentes estampas de Francisco, en las calles y avenidas se levantan imágenes del Santo Padre acompañadas por las insignias patrias de Bolivia y los vendedores ofrecen remeras a solo 10 Bs, que ofician de suvenir.

“Es una llegada histórica, de un Santo Padre revolucionario. En su ultima encíclica dice que el mundo se está convirtiendo en un basurero y manda un mensaje muy fuerte acerca de que la Iglesia tiene que estar contaminada de sudor de pueblo” remata Rolando Borda, de la Central Obrera Departamental de Santa Cruz, quien luce orgulloso su casco blanco que lleva inscripto las siglas de la petrolera estatal "Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia”.

“Yo ya estuve con el Papa Francisco, en Roma, el año pasado, en el Primer Encuentro de Movimientos Populares. Soy de la Iglesia Anglicana, la minoría en Kenia. La tarea que está llevando adelante Francisco es inmensa, confío en Él” cuenta Samuel O’ To, detrás de sus ojos cálidos, mientras recorre el Mercado del Abasto, en las márgenes del Tercer Anillo. Este vendedor callejero de Nairobi, reconoce estar impactado por el sistema de comercialización local: “Me llevo muchas ideas de Bolivia, para implementar allá”, finaliza sonriente.

Mar para Bolivia, Malvinas Argentinas

En su discurso en la inauguración de la estatua de Juana Azurduy, a metros de la Casa Rosada, Evo Morales repitió la consigna que lucha en unidad contra las actuales formas de colonialismo. La reivindicación también estuvo presente durante la seguidilla de charlas y conferencias, arriba y abajo del escenario, como símbolo de la hermandad y resistencia de los pueblos de la Patria Grande.

Sin embargo, el hilo conector de las luchas es la Fé y la acción de un nuevo mundo que puja por salir y donde los protagonistas son los pueblos oprimidos. “Este sistema ya no se aguanta”, dice el Papa Francisco; “vamos a luchar hasta el final”, expresa el militante argentino Esteban “Gringo” Castro, de la CTEP, en su intervención en el panel “De la exclusión a la organización de los trabajadores”, en el segundo día de debates.

Pocos han repasado y puntualizado en los 54 minutos del discurso histórico que enunció Francisco. Los ecos del encuentro continúan levantándose por fuera de la agenda de los medios de comunicación, ya que las transformaciones del sistema mundial se traducen en hechos innegables: acuerdos históricos entre países otrora archi-enemigos, críticas generalizadas a los fondos buitres, al capitalismo financiero internacional, a la corrupción en la FIFA; y, por supuesto, los pataleos de la derecha argentina, que se hunden en sus propias medicinas y recetas. Bienvenidos.

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