El anuncio fue realizado ayer en el teatro Coliseo Podestá durante un acto de presentación de los ejes que la gestión Bruera promoverá para el desarrollo de la Ciudad en los próximos años en lo que se refiere a infraestructura de servicios, obras hidráulicas, sistemas de prevención del delito, producción, cultura y salud.

Del evento participó también el gobernador Daniel Scioli, que afirmó que el ensanchamiento del Belgrano y el resto de las obras cuentan con su respaldo y con el de todas las áreas del Gobierno.

Para la nueva vía rápida se trabajará en la adecuación de la calzada, se instalará una nueva y más moderna señalización, y se harán tareas de parquización de las banquinas.

Además, las autoridades adelantaron que se harán obras hidráulicas para evitar que la calzada se inunde y favorecer el escurrimiento del agua de lluvia, y que se estrenará un novedoso sistema de iluminación.

Desde que se creó en 1916 estuvo en discusión si el Camino General Belgrano debía pertenecer al ámbito de la Provincia o ser un camino comunal. El abandono de sucesivas administraciones, junto al veloz y desordenado crecimiento de las localidades de Ringuelet, Gonnet, City Bell y Villa Elisa lo fueron deteriorando hasta convertirlo en una ruta prácticamente intransitable a velocidad media.

Por eso el compromiso del gobierno provincial es fundamental. No sólo por su aporte económico, que es necesario porque el alto costo de las obras está fuera del alcance de cualquier municipio, sino porque la propiedad le pertenece: es una vía provincial, la Ruta 1.

Para el primer tramo se estima una inversión de 2 millones de pesos. Esa parte de la obra comenzará a ejecutarse antes de fin de año, y alcanza el trayecto comprendido por las calles 511 a 517, donde están ubicados los hipermercados.

Como se trata de una zona de alta densidad vehicular y donde se necesita preparar el camino para garantizar una vía segura de giro hacia ambos centros comerciales, ahí el Belgrano tendrá tres carriles de ida y tres de vuelta.

El problema se agrava desde la calle 508, a metros del Hospital de Gonnet. Desde esa esquina hasta el Puente Venecia, algunos vecinos han edificado sobre la línea municipal. Ahí, explicaron las autoridades, se deberá solicitar a los vecinos que adecuen su propiedad.

De cualquier manera, está a la vista que el grueso de los frentistas de ese tramo tomaron las previsiones del caso y se limitaron a “invadir” el espacio público con construcciones fácilmente desmontables, como cercos, arboledas, paredones o alambrados.

Desde ese puente hasta Villa Elisa prevén que estarán los problemas más difíciles de resolver, y la mayor resistencia de los frentistas a cumplir con la normativa que establece los límites que posibilitarán el ensanchamiento.

Por ejemplo: dos estaciones de servicio se encuentran ubicadas casi sobre la calzada, una a pocas cuadras del hospital, y la otra sobre la esquina de la calle Cantilo, en City Bell. Es sabido que hay una normativa muy restrictiva para construir sobre un terreno en el que funcionaron comercios de ese tipo, que incluye la obligatoriedad de oxigenar sus pozos durante un largo lapso de tiempo.

A pesar de las dificultades, lo importante es que se haya dado inicio a esta obra tantas veces postergada y que sin dudas transformará el tránsito vehicular de toda la zona norte, e impactará de lleno en la vida social, pero muy particularmente en el mercado inmobiliario.

Los especialistas estiman que una obra de esta naturaleza podría producir una suba importante en el valor de las propiedades cercanas al camino, ya que el tiempo de demora que produce el mal estado del Belgrano deprime los valores en relación a los que se estiman en zonas de fácil acceso a una vía rápida, como es el caso del Camino Centenario.