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Información General | 29 ene 2015

Según un relevamiento de precios

Las verduras y hortalizas frescas de las ferias cuestan entre 20 y 77 % menos que en los supermercados

Si de buenos precios se trata, no hay nada mejor que comprar en las ferias de agricultores familiares. En estos espacios de comercialización minorista – donde se ofrecen verduras y hortalizas vendidas por quienes las producen –, los alimentos frescos cuestan entre un 20 y un 77 % menos que en los supermercados.


Así lo confirmó un estudio realizado por el INTA y la Secretaría de Agricultura Familiar, perteneciente al Ministerio de Agricultura de la Nación, que evaluó precios en 20 localidades de todo el país.

De acuerdo con el relevamiento, en las cinco macro regiones argentinas –NEA, NOA, Cuyo, Patagonia y Pampeana –, los precios analizados de frutas y verduras son más bajos y convenientes en las ferias que en el resto de las bocas de expendio.

“Los precios más altos se encontraron en los supermercados y, en menor medida, en los mercados de proximidad o autoservicios”, señaló Sergio Dumrauf, coordinador del Proyecto Mercado y Estrategias Comerciales del INTA e investigador del Instituto de Investigación y Desarrollo para la Agricultura Familiar (IPAF) de la Región Pampeana.

Oscar Mathot, director de Ferias Francas e Intercambios Regionales de la Secretaría de Agricultura Familiar, detalló: “La remolacha resultó un 77 % más cara, la espinaca un 65 %, la acelga un 59 %, el zapallito un 56 %, la cebolla de verdeo 48 %, la lechuga un 38 %, el morrón 27 %, el tomate 26 % y la zanahoria un 13 %”.

En las 510 ferias del país pueden verse frutas, verduras, hortalizas, derivados lácteos, dulces, panificados y un centenar de productos alimenticios, con la particularidad de que son ofrecidos a la venta por las mismas personas que los produjeron.

Para el técnico del INTA, “estas experiencias facilitan la comercialización de los productos de la agricultura familiar a un precio justo para el productor”. Aún así, problemas como la circulación, distribución y comercialización, condicionan el avance del sector. “Por esto buscamos poner en valor el potencial que tienen estas experiencias alternativas de comercialización”, dijo Dumrauf.

De acuerdo con el presidente del INTA, Francisco Anglesio, “este estudio permite diseñar políticas activas desde organismos del Estado tanto en investigación como desarrollo, en apoyo al sector productivo en cuestión, pero también al conjunto de la sociedad”.

A su vez, agregó: “La búsqueda de alternativas comerciales para los agricultores familiares ha sido una demanda constante por parte de las organizaciones sociales y esta investigación se suma a los esfuerzos que ya viene realizando el gobierno nacional para cuidar y mejorar los ingresos del pueblo argentino”.

En las ferias de agricultores familiares, los alimentos frescos cuestan entre un 20 y un 77 % menos que en los supermercados.

El relevamiento

Este trabajo se implementó desde la Dirección de Ferias Francas e Intercambios Regionales de la Secretaría de Agricultura Familiar y del Centro de Investigación para la Agricultura Familiar y el Proyecto Mercados y estrategias comerciales del INTA.

En total, fueron relevadas 20 localidades: 12 en la región Centro, dos en Cuyo, tres en el NEA, dos en el NOA y una a la Patagonia. Allí se analizaron el precio de venta, la calidad y la procedencia de frutas y verduras, en las bocas de expendio más usuales para los consumidores: verdulerías, mercados de proximidad y supermercados.

Se eligieron diez verduras y frutas comunes a todo el país y otros productos específicos para cada macro región. “También se estableció que el período de relevamiento fuera entre la segunda y tercera semana del mes, en cada una de las localidades”, indicó Mathot.

Asimismo, el estudio incluyó entrevistas a los emprendedores independientes y a las organizaciones de agricultores sobre los precios que obtuvieron por los productos. A la vez, sistematizaron y analizaron la información obtenida, lo que permitió definir los porcentajes diferenciales de aumento de precio entre el productor en la puerta de la finca y los distintos actores que participan en la comercialización.

“Para el relevamiento priorizamos aquellos lugares donde funcionan regularmente las ferias”, señaló Dumrauf y agregó: “Así podemos comparar a este espacio de comercialización con los canales minoristas tradicionales”.
Según los resultados preliminares del relevamiento, que comenzó en octubre y continuó en diciembre de 2014, las mayores variaciones de precio se registraron en productos como remolacha, espinaca, acelga, zapallito, verdeo, lechuga, morrón, tomate y zanahoria. Dumrauf indicó que, en una segunda etapa del trabajo, “vamos a incluir dos productos clave de la canasta como la papa y cebolla”.

La iniciativa surgió del equipo de comercialización del IPAF Región NOA del INTA, que generó una metodología de relevamiento de precios para que pueda ser utilizada por las organizaciones y otras instituciones vinculadas con la coordinación y gestión de las ferias.

Cuánto paga el consumidor y cuánto gana el productor

“Una de las problemáticas más frecuentes para el agricultor familiar está relacionada con la comercialización de sus productos y los bajos precios que obtienen”, dijo María Celia Vittar, investigadora del instituto.

El caso de la comercialización de la lechuga crespa en San Salvador de Jujuy es un buen ejemplo. Allí, la jaula de 18 kilogramos, en la semana del relevamiento, se pagó $15 al productor. Según los resultados preliminares, este precio se incrementó hasta más de 3.000 % con respecto al valor pagado en la finca al productor.

En este sentido, Marcelo Echenique, investigador del INTA Región NOA, aseguró: “La diferencia entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor es profunda. La información obtenida en este trabajo sirve para visibilizar esta realidad y reflexionar con datos certeros sobre la dinámica del mercado”.

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