La iniciativa propone que en los comercios en los cuales se expenden pilas y baterías, existan contenedores específicos para que el vecino pueda depositar las pilas y/o baterías que serán luego recolectadas por el Municipio ya sea por medio de la Empresa Recolectora de Residuos Municipales u otra destinada al manejo de residuos peligrosos.

En segunda instancia, el tratamiento de pilas en desuso consiste fundamentalmente en obtener un mecanismo que asegure que no se producirá contaminación por lixiviación.

“En tal sentido proponemos un sistema que cuenta con cinco barreras de seguridad para evitar la filtración de líquidos y que permitirá convertirlas en bloques de hormigón, como el de un ladrillo tradicional”, explicó el concejal.

Los bloques de hormigón posteriormente pueden ser utilizados para la construcción de estructuras públicas, en todas sus formas y de esta manera bajar los costos de las mismas, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.

Al respecto, el edil destacó “la necesidad de establecer una normativa que determine la regulación del destino de toda clase de pilas y/o baterías dentro del ejido urbano municipal, apelando especialmente a la toma de conciencia por parte de la comunidad para lograr minimizar los contaminantes que afectan a la salud de sus habitantes como al medio ambiente”.

“Se estima que en nuestro país se utilizan 10 pilas por persona anualmente. Las pilas arrojadas a la basura, pierden su hermetismo y liberan su contenido causando efectos irreversibles, y por ello, es tan importante que nuestra ciudadanos tomen conciencia de la importancia de reutilizar estos elementos para promover el cuidado del medio ambiente”, apuntó el concejal.