Pasillos angostos, a veces oscuros, con aulas y espacios pequeños, donde no éramos más de 300 compañeros recorriendo aquella Escuela Superior de Periodismo. Una escuelita con poco presupuesto, aunque con un buen nivel académico y una gran responsabilidad hacia la formación de periodistas y comunicadores. Así mismo, éramos conscientes que teníamos muchas deudas pendientes a ser transformadas.

Año a año fuimos creciendo y conquistando nuevos espacios, teníamos una Escuela en donde casi sólo se dictaba la carrera, importante pero no suficiente, a su vez, se sumaban algunos, que con mucho esfuerzo se dedicaban a la investigación y hacían sus aportes. Con el paso del tiempo pasamos a tener posgrados, gran cantidad de centros de investigación y extensionistas, pudimos institucionalizarnos y lograr una independencia como Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Pero no nos quedamos quietos, todavía había mucho por alcanzar.

Atravesamos los años 90 desde la vanguardia, resistiendo las políticas neoliberales que no pudieron con nuestros sueños y horizontes políticos, pero que sí nos sumergió en una de las peores crisis económicas, política y social que sufrió nuestro país. Creíamos con convicción de que todo podía cambiar, que con esfuerzo y militancia, íbamos a lograr tener una Facultad que merezca su reconocimiento y trabaje colectivamente en pos de la inclusión social, que forme comunicadores comprometidos con el pueblo y sean capaces de transformar el mundo.

Hasta que llego el 2003 y volvimos a creer en que todo era posible. El 6% del PBI destinado a la educación y la apertura de 11 Universidades Nacionales encendió las esperanzas de poder empezar a transformar la realidad que vivíamos.

Luego de un largo proceso de conquistas, logramos obtener un edificio propio y sentirnos representados con un proyecto político que acompaña todos nuestros anhelos colectivos.

Logramos tener una Facultad inclusiva, al servicio de la comunidad, comprometida con la Justicia Social, los Derechos Humanos, el Género y la Defensa de la Soberanía Nacional. Una institución que abre sus puertas al pueblo, siendo protagonista ante la peor catástrofe ambiental de la ciudad en los últimos tiempos, que recibe a los líderes latinoamericanos, que defiende la educación pública creando tecnicaturas que permiten el acceso de jóvenes que antes no podían ingresar a dichas carreras por sus altos costos, como es el caso de Periodismo Deportivo y las tecnicaturas en Comunicación Popular y Digital.

Una facultad, que se renombra bajo la memoria de Néstor Carlos Kirchner y Miguel Bru, que sabe de dónde viene y hacia dónde quiere ir, formando comunicadores, investigadores, extensionistas críticos, promoviendo un periodismo que debata, que sea contra hegemónico, que defienda la Democracia en contraposición de lo que históricamente hicieron los medios dominantes, como el Diario EL DIA de esta ciudad.

Un proyecto de Facultad, que sigue creciendo sin detenerse, mirando hacia atrás para dar cuenta del importante y progresivo crecimiento institucional y académico que ha logrado alcanzar.

Una facultad que apuesta a seguir construyendo, profundizando y transformando este modelo de país, proyectando como objetivo militante sus ideales al conjunto de la Universidad.

(Leonardo González, Secretario General de la Universidad Nacional de La Plata)