

En ese contexto, y para lograr un doble efecto, el de ordenar el flujo vehicular y engrosar las arcas de la comuna, la administración local – como en casi todas las grandes ciudades de la Provincia- recauda una importante suma de dinero por multas que se aplican a particulares.
“En el marco de las tareas diarias que el Municipio desarrolla para controlar que se cumplan las normas de tránsito y se respeten los espacios de estacionamiento prohibidos, la Dirección de Tránsito de la Subsecretaría de Convivencia y Control Ciudadano, multó a más de 50 vehículos”, informaron desde la MLP.
Cada vez más vecinos de la Ciudad, cuando se encuentran realizando algún trámite, descubren que tienen que abonar multas acumuladas que desconocían, y de dudosa legitimidad. Pocos deciden seguir el largo y trabajoso camino de apelar las infracciones que se les atribuyen. Y las multas son muy onerosas, como se sabe.
El viernes, las tareas de control se desarrollaron en diagonal 78 y 63, calle 49 entre 12 y 13, 50 entre 6 y 7 y la zona de Plaza San Martín.
“Detectamos autos obstruyendo accesos para gente con movilidad reducida, detenidos en ochavas, ocupando espacios reservados para carga y descarga de mercadería y estacionados en doble fila”, dijeron los inspectores comunales.