

Por: Federico García
Las cucarachas se encuentran entre los insectos más primitivos, se remontan al período Carbonífero, hace 280 millones de años. Una de las razones que explican que las cucarachas existan desde hace tanto tiempo es su capacidad para huir del mínimo peligro.
El neurólogo de la Universidad de Illinois en Chicago Christopher Comer descubrió que estos insectos pueden reaccionar entre los 12 y 50 milisegundos al mínimo contacto. Los humanos necesitan unos 200 para responder a un estímulo.
Aunque en épocas de calor comienzan a ser vistas con mayor asiduidad en las casas, la relación entre el aumento de la temperatura y la proliferación de las cucarachas es compleja y varía según la especie, según detalló a Info Blanco Sobre Negro la doctora en Ciencias Naturales e investigadora adjunta del CONICET Alejandra Gutierrez.
"Si bien el calor es un factor importante en el desarrollo y reproducción de estos insectos, otros aspectos como la disponibilidad de alimento y refugio también son cruciales", detalló la especialista que se desempeña en el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE).
Por ejemplo, la cucaracha americana (género Periplaneta) es peridomiciliaria (habita en áreas cercanas a las viviendas y tiende a reproducirse más durante la primavera y el verano debido al incremento de las temperaturas y la mayor disponibilidad de alimento.
En contraste, la cucaracha alemana (género Blattella), que es domiciliaria (sus nidos están dentro de las viviendas), mantiene una tasa de reproducción constante a lo largo del año, ya que las condiciones dentro de los hogares ofrecen un ambiente estable.
"Aunque el calor puede influir en la actividad y reproducción de ciertas especies de cucarachas, la especie específica y el entorno son factores determinantes para su desarrollo", destacó Gutierrez.
Consultada sobre si hay horarios o lugares en los que estos insectos aparecen más que en otros, la investigadora señaló que "las cucarachas generalmente exhiben fototactismo negativo, lo que significa que prefieren alejarse de la luz y buscar refugio en lugares oscuros y húmedos".
"En entornos exteriores suelen encontrarse en áreas como enredaderas, árboles huecos, pilas de madera y mantillo", agregó Gutierrez, y aclaró que "su actividad es más notable al atardecer y durante la noche".
Por ejemplo, la cucaracha alemana, que coexiste estrechamente con los seres humanos, se adapta a la vida dentro de los hogares. Debido a su corto ciclo de vida y alta fecundidad, pueden convertirse rápidamente en una plaga en ambientes domésticos. Comúnmente se encuentran en la cocina y suelen ser más activas por la noche. Sin embargo, en situaciones de alta densidad poblacional, pueden invadir otros espacios del hogar y hacerse visibles incluso durante el día.
Más allá de los clásicos insecticidas químicos, también hay alternativas naturales contra las cucarachas. Según la investigadora del CEPAVE, "actualmente en lugar de recurrir insecticidas químicos como único método de control, se prefiere un enfoque más integrado y sostenible conocido como manejo integrado de plagas (MIP)".
"Esta estrategia responde a la creciente resistencia a los insecticidas, así como a la preocupación por la seguridad ambiental y la salud humana", detalló Gutiérrez
En ese sentido, la especialista destacó que el MIP combina métodos no químicos, como técnicas de exclusión, modificación de los hábitats de refugio y prácticas adecuadas de saneamiento, junto con el uso selectivo de pesticidas menos dañinos para las personas y el medio ambiente.
"Dentro del MIP, una herramienta valiosa es el control biológico, que implica el uso de enemigos naturales de las cucarachas, incluyendo depredadores, parásitos y patógenos", añadió la investigadora del CONICET.
"Los hongos, particularmente Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae, se investigan como agentes de control biológico potenciales contra las cucarachas", aseveró Gutiérrez, y añadió que podrían ofrecer una alternativa efectiva a los insecticidas neurotóxicos, reduciendo su uso mientras se logra un control efectivo y duradero.
"La clave para el éxito del MIP es el monitoreo constante, que permite identificar la presencia de cucarachas y evaluar la efectividad de las estrategias de control", recalcó la especialista.
Por último, Gutierrez enumeró una serie de métodos caseros para combatir a estos insectos:
- Ácido Bórico: mezclado con azúcar y agua para formar una pasta, el ácido bórico puede ser un cebo efectivo. Las cucarachas son atraídas por el azúcar y consumen la mezcla, lo que las envenena. No obstante, hay que tener cuidado de colocar la mezcla lejos del alcance de niños y mascotas.
- Tierra de Diatomeas (de grado alimenticio): este polvo fino puede ser esparcido en áreas donde se sospecha la actividad de cucarachas. Daña su exoesqueleto y causa deshidratación.
De todas formas, investigadora recordó que aunque estos métodos pueden ser efectivos para un número pequeño de cucarachas, en caso de una infestación más seria es necesario recurrir a profesionales en control de plagas. Además, siempre es importante usar cualquier sustancia con precaución.