

Pasar muchas horas frente a una pantalla se volvió parte del día a día para muchxs. Ya sea laburando, mirando series, jugando o simplemente navegando, el uso constante del televisor o la compu puede generar molestias visuales que, si no se atienden a tiempo, terminan afectando la calidad de vida. Por eso, es clave saber cómo minimizar el impacto que tiene esa exposición prolongada sobre los ojos.
Hay televisores que incorporan tecnologías pensadas justamente para reducir la fatiga ocular, como el filtro de luz azul, el modo lectura o el ajuste automático de brillo. Pero además del equipo que usás, también influye el entorno en el que lo hacés: la iluminación de la habitación, la distancia desde la que mirás y hasta la posición en la que estás sentado o acostado.
En esta nota te contamos qué tener en cuenta para cuidar tu vista si pasás muchas horas frente a una pantalla, cómo elegir un buen televisor para eso y qué modelos ofrecen funciones específicas para proteger los ojos. La idea es ayudarte a armar un entorno más saludable sin dejar de disfrutar tus contenidos favoritos.
La tecnología del panel, el tipo de retroiluminación y la frecuencia de refresco influyen directamente en cómo afecta la pantalla a tus ojos.
Marcas como Samsung, Hisense, LG y TCL incluyen modos como Eye Comfort Mode o Filtro de luz azul, que ajustan automáticamente el brillo y la temperatura del color para que no te afecten en la noche.
Incluso en modelos accesibles como el Hisense u6, podés encontrar configuraciones pensadas para largas sesiones frente a la pantalla sin causar fatiga. Estas funciones no requieren configuraciones técnicas complejas: muchas veces vienen activadas de fábrica.
Un televisor con buen contraste, negros profundos y buena reproducción de color permite que tus ojos trabajen menos para interpretar lo que ven. Esto es especialmente útil cuando ves películas oscuras o contenido con muchas transiciones rápidas.
Más allá del equipo, el espacio donde usás el televisor o la compu tiene un impacto directo en la salud visual.
Mirar una pantalla en completa oscuridad puede generar más fatiga ocular que hacerlo con una iluminación tenue en el ambiente. Lo ideal es tener una luz suave y difusa detrás del equipo para evitar contrastes bruscos.
Además, tratá de colocar el televisor a la altura de los ojos y a una distancia proporcional al tamaño de la pantalla. Por ejemplo:
Muchas marcas ofrecen modos noche o la posibilidad de cambiar la temperatura del color hacia tonos más cálidos. Esto reduce el impacto de la luz azul, sobre todo si ves contenido antes de dormir.
Activar estos modos por la noche puede mejorar la calidad del sueño, especialmente si usás el televisor como pantalla secundaria para navegar o mirar series en la cama.
El mejor televisor del mundo no te va a cuidar la vista si no tenés algunos hábitos básicos incorporados.
Una buena práctica es la regla 20-20-20: mirá algo que esté a 6 metros (20 pies) durante al menos 20 segundos cada 20 minutos. Este ejercicio ayuda a relajar los músculos de los ojos.
Además:
No todos los modos "vívidos" o de alto brillo son los más cómodos. De hecho, bajar un poco el brillo, activar el contraste dinámico y usar el modo cine suele ser más amigable para sesiones largas.
Marcas como Sony, LG, Samsung, TCL, Hisense y Philips incluyen opciones de calibración automática que podés personalizar según tus preferencias y la hora del día.
Aunque muchas marcas ofrecen funciones similares, es importante elegir bien. Algunos modelos incluyen tecnologías orientadas específicamente a cuidar los ojos sin perder calidad de imagen.
No se trata solo de comprar un televisor nuevo. Cuidar tu vista también tiene que ver con cómo lo usás, qué configuraciones activás y cómo adaptás el ambiente a tus necesidades.
Hoy podés encontrar buenas opciones en distintas gamas de precio, incluso en modelos como el Hisense u6 o líneas económicas de TCL y Philips, que ofrecen funciones útiles para proteger la vista.
Pero también necesitás prestar atención a los detalles cotidianos: no estar demasiado cerca, no mirar en la oscuridad total y darte pausas, aunque estés enganchado con la serie.
Estar frente a una pantalla muchas horas no tiene por qué perjudicar tu vista si tomás decisiones conscientes desde el principio. Elegir un buen televisor, ajustar correctamente el brillo y contraste, y mantener una distancia adecuada puede reducir significativamente la fatiga ocular.
También influye el entorno: una iluminación suave y pareja en la habitación evita contrastes bruscos que exigen de más a los ojos. Con algunos cambios simples, podés mirar contenido durante más tiempo sin sentir molestias.
No necesitás gastar una fortuna ni buscar televisores llenos de funciones que después ni usás. Lo importante es que el equipo tenga lo esencial bien optimizado: buen nivel de nitidez, sistema para filtrar luz azul y un modo imagen pensado para reducir el esfuerzo visual.
Modelos como los de Hisense, Philips, TCL, Sony o incluso algunos LG y Samsung ofrecen esas prestaciones sin irse de presupuesto. En muchos casos, lo más sencillo y bien configurado termina siendo lo más saludable.