

Pablo Martínez cobró reconocimiento en las últimas horas a raíz de un video difundido en distintos medios de comunicación en el que fue entrevistado por un periodista de Bahía Blanca a raíz de una mastectomía que se realizó días atrás en un centro de salud bahiense. Si bien el tema central era esa intervención, y Pablo había accedido a la entrevista para poder informar a los televidentes de las posibilidades de practicar este tipo de intervenciones en hospitales públicos, la charla con el cronista derivó en una discusión que dio por terminado el programa sin haber podido siquiera mencionar el tema central.
Pablo cambió el nombre en su DNI hace apenas unos meses, luego de que la aprobación de la ley de Identidad de Género le permitiera adoptar la identidad autopercibida y modificar los datos mediante un trámite. La entrevista fallida en el canal de Bahía Blanca dejó en claro la distancia que hay entre la existencia de una norma legal y la capacidad de adaptación a ella por parte de los ciudadanos.
“Yo creo que el periodista no desconocía la ley, pero por homofóbico tuvo la actitud que tuvo”, opina Pablo respecto a la entrevista que lo llevó a ser de público conocimiento, aunque asegura, a él nunca le interesaron los medios ni hacer público su caso. Sin embargo, desde hace algún tiempo y de la mano de su militancia en el Movimiento Octubres, comenzó a preocuparse por la importancia de difundir y concientizar desde su experiencia. “Muchas veces la discriminación es por falta de información”, dice.
A los 32 años, asegura: “A mí nunca me discriminaron, siempre fui Pablo, yo usaba mi documento en casos específicos y a veces la gente me miraba porque no tengo nada de femenino, a pesar de que me anotaron con nombre femenino”.
Pablo nació hermafrodita, pero a diferencia de la mayoría de los casos, a él no se lo detectaron al nacer. A los 12 años, cuando se desarrolló, los cambios en su cuerpo no coincidían con lo que debía ser, según detallaba la partida de nacimiento.
“Mi cuerpo empezó a cambiar y no tenía la forma que tenía que tener según lo que decía el documento. En ese momento nos preguntábamos “¿Qué pasó?”, “algo no está bien”, empezamos a hacer estudios y por entonces era más raro, la ciencia no estaba tan desarrollada como ahora”, relata Pablo, que siempre se sintió heterosexual y que utiliza su nombre desde muy pequeño.
“Cuando era chico le pregunté a mamá cómo me hubiese puesto si hubiese sido varón y ella, que era evangélica, me dijo que me hubiese puesto Pablo Daniel, entonces adopté esa identidad desde aquel momento”.
Si bien esta disidencia entre el nombre adoptado y el nombre inscripto en el documento no le causaba problemas ni sufría discriminación, luego de la aprobación de la ley de Identidad de Género Pablo realizó el trámite y obtuvo en nuevo DNI, con el que se fue directo al Hospital de Bahía, donde realizó la mastectomía de la que hoy, apenas una semana después, se recupera perfectamente.
“Creo que hay que empezar a concientizar en este tema, empezar a difundir para que quienes tengan este problema sepan que en un hospital público se pueden acercar y van a tener contención y atención”, expresa Pablo y agrega: “Lo que hizo Cristina de poder sancionar esa ley que se venía pidiendo desde hace mucho tiempo me parece espectacular, más uno como militante apoyando el proyecto nacional y popular”.