

El proyecto fue presentado por el Museo Ornitológico y Centro de interpretación Ambiental (MOCIA), dependiente de la Dirección de Cultura.
Se fundamenta en que “en Berisso el bosque de tala está representado en su toponimia, que existe un corredor natural de este bosque donde ese árbol es la especie dominante junto a otras desde el sur de la provincia de Santa Fe hasta el partido de General Pueyrredón, Buenos Aires”.
“El Tala es un árbol ya que posee un tronco principal bien definido con una estructura leñosa y ramificaciones que forman una copa, en este caso, una copa globosa. Sus ramas son en zig-zag. Puede llegar a medir 11 metros de altura y poseer un diámetro de 8 metros. Generalmente es torcido y espinoso. Sus hojas son simples ovadas con bordes dentados y de un color verde brillante. Son caducas, esto quiere decir que en época invernal sus hojas se caen para volver a crecer en primavera. Posee flores pequeñas de un color verdoso y solitarias”, explicó la Fundación Temaikén en su página web.
Y detallaron: “Su fruto es una drupa pequeña, de color amarillo anaranjado, de forma esférica y comestible. Ésta fructifica en verano y otoño. El Tala es un árbol de crecimiento medio y se la utiliza como una especie ornamental, esto significa que se la emplea para adornar jardines y parques”.
“El Tala es originario de Sudamérica, Argentina. Su hábitat posee suelos sueltos, bien drenados. En Argentina, habita en los montes ribereños y serranos. Crece sobre las barrancas y bordes altos de la Ribera del Paraná y el Plata. También lo podremos encontrar en el centro y oeste de Santiago del Estero, Chaco, o Formosa”, explica la Fundación mencionada.