martes 29 de abril de 2025 - Edición Nº 29.188

Información General | 27 jul

El otro lado de la cárcel

El Ágora: “Un espacio de libertad entre los muros”

Este colectivo que funciona en la Unidad 9 de La Plata demuestra que la reinserción social para los internos es posible. A través de la educación y la autogestión como forma de trabajo hace que el camino hacia la inclusión sea más fácil.


Dentro de la Unidad Nº 9 de La Plata un grupo de internos encontró una manera de sobrellevar mejor su estadía en la cárcel, no sólo para pasar el tiempo sino también para pensar de manera productiva sus vidas luego de cumplir con sus condenas.

El Ágora está conformada por un grupo de internos y aspira a convertirse en una cooperativa de trabajo. Gracias al fruto de la labor realizado en los distintos talleres brindan su ayuda a personas a las que también consideran como un “sector marginal de la sociedad”.

Siguiendo este objetivo tradujeron al sistema braile el estatuto de la Universidad y las cartas de menú de bares y restaurantes, y fabricaron un switch (dispositivo digital) que permite ser utilizado por personas con discapacidades motrices.

Es así como desde este colectivo cultural se les brinda la posibilidad a sus integrantes de instruirse pensando en un proyecto a futuro y obtener la oportunidad de reestablecer el vínculo con la sociedad que los mantiene “olvidados detrás de los muros de la cárcel”.

María Eugenia Carricaburu una de las fundadoras y coordinadora del Ágora, en diálogo con Infoblancosobrenegro explicó que “la iniciativa surgió en el 2011 por un pedido de los internos de la Unidad 9 de recibir una capacitación en cooperativismo, y agregó que “si bien en un principio se trabajó en conjunto con el Ministerio de Producción de la Provincia de Bueno Aires, luego de un tiempo El Ágora comenzó a funcionar dentro de la ONG ‘Actitud Emprendedora’”.

“Empezar a trabajar en contexto de encierro fue entrar a un mundo nuevo, cambió mi noción de lo que puede producirse en una cárcel y dejé de lado la visión que dan los medios masivos de que allí dentro no hay nada positivo", sostiene la coordinadora.

En cuanto al inicio de las actividades en el penal, Eugenia explicó que “el primer año se inició el trabajo en la unidad yendo tres veces por semana. Los lunes con teoría sobre gestión y emprendimiento, los miércoles una psicóloga trabajaba con ellos la cuestión grupal y de conocimiento entre si y los viernes se veía la parte práctica de lo que se daba los lunes”.

“La recepción de los internos siempre fue buena, hay muchos casos en los que la única visita que reciben los internos es la nuestra, ya que sus familiares no se acercan. Esto hace que gracias a su buena predisposición logremos una forma distinta de habitar la cárcel, que por un momento se transforme en un espacio de libertad que escapa a las lógicas de aislamiento que son propias de la institución”, afirma Carricaburu.

En la actualidad la ONG brinda talleres de arte, derecho laboral, gestión y emprendimiento y comunicación, en los cuales los integrantes de la unidad redactan y realizan entrevistas a distintas personalidades. En ese marco tuvieron la oportunidad de dialogar con la decana de la Facultad de Periodismo Florencia Saintout y realizarle una serie de preguntas al reconocido magistrado Eugenio Zaffaroni, quien no pudo acercarse al penal pero recibió el cuestionario elaborado por los integrantes del taller.

“Algo que nos marcó bastante es la situación de uno de los chicos que salió en libertad condicional porque le pidió a la jueza volver a entrar a la unidad para seguir participando de los talleres ya que para él era un espacio de contención que no encontraba afuera de la cárcel. Cosas como estas son el mejor reconocimiento hacía nosotros”, afirmó Eugenia.

La lógica del trabajo, los objetivos y los planes a futuro surgen por la motivación de los internos, que generan la dinámica de trabajo en la organización, nada se es impuesto desde afuera, esa es una de las principales premisas de este colectivo.

Ahora están trabajando en un proyecto de gestionar un comercio fuera de la cárcel para poder vender los productos que ellos mismos fabrican, esto con la ayuda de familiares y el acompañamiento del Ágora.

También están trabajando en traducir al braile las señaléticas de la Universidad. De esta forma siguen derribando muros y transitan de la mejor manera el camino hacia la inclusión.

“El Ágora a través de su intervención pretende ayudar a que sus integrantes trabajen en poder ver sus potencialidades que por la situación de encierro por la cual atraviesan han sido olvidadas, y esta es una muy buena forma de mirar hacia adelante, pensando un futuro mejor”, concluyó la referente de la ONG.

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