

Por: Federico García
“Lagom no es sólo una palabra sino la esencia de lo que significa ser sueco y vivir como tal”, señaló la autora sueca Linnea Dunne en su libro “Lagom, la receta sueca para alcanzar el equilibrio en tu vida”, publicada por la editorial Libros Cúpula en 2017.
¿Cómo es vivir en Suecia, el país de origen de Electrolux, Volvo, IKEA y Spotify? ¿Cómo enfrentó la pandemia? ¿Cómo es su educación? Para responder estas preguntas Info Blanco Sobre Negro habló con el doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Nacional de Rio Cuarto Nicolás Ortega, que vive en dicho país.
El biólogo por la Universidad Nacional de San Luis tiene 35 años y trabaja como becario posdoctoral en el Departamento de Ciencia Clínica, Intervención y Tecnología del Instituto Karolinska ubicado en Estocolmo, la capial del país nórdico.
Ortega realizó su doctorado en Argentina y siempre tuvo el deseo de vivir un tiempo en otro país. “Me gustaba la idea de vivir en Europa por las culturas tan diferentes de los distintos países”, contó.
Se fue a Alemania en 2016. Su idea era quedarse por un año, pero justo antes de que terminara su visa de trabajo decidió seguir “explorando” y se mudó a Suecia, país en el que está hace cinco años y donde, por el momento, continuará viviendo. Por estos días descansa con su familia en Junín de los Andes.
“La experiencia en Alemania fue más dura porque tenía muchas expectativas que luego no se dieron, en cambio en Suecia lo que me ayudó fue que no tenía muchas ilusiones y de hecho creo que no sabía ni donde quedaba Estocolmo en el mapa”, contó el investigador.
Al ser de Junin de los Andes, le resultó muy familiar el clima frío y la naturaleza de Suecia, y no le costó tanto la adaptación en ese aspecto. “Vivo en un lugar cerca de un lago y un bosque, y eso me hace sentir como si estuviese en la Patagonia” y recordó que solía vivir en otro donde tenía a un kilómetro un lago, y a un poco más de distancia otro.
“Me ha pasado de estar esperando un micro en la ciudad y que pase un puercoespin. La naturaleza está muy presente”, recalcó el becario del Karolinska, el lugar donde se entregan los premios Nobel, y agregó que “en Estocolmo se puede llegar a observar siervos en algunos lugares”.
En relación a cómo ven a los argentinos en Suecia, o si conocen a la Argentina, Nicolás Ortega explicó que “se tiende a creer que Argentina y América Latina son lo mismo, y que somos todos los latinos iguales".
"Por eso tengo que explicar que no es así y que el clima no es el mismo, que en la Patagonia también hay nieve”, aunque destacó que en su ámbito tienen un poco más de conocimiento sobre este país.
El lugar común es que las personas que viven en Suecia son frías pero el becario desmintió esa idea y aseguró que “no son fríos” sino “extremadamente medidos”.
“Hay una diferencia entre ser fríos y que no te importe lo que sucede y otra entre ser medido y no decir más de lo que debés, o prometer más de lo que podés cumplir”, especificó.
“Los alemanes y los holandeses sí son más directos, y rozan la frialdad porque pareciera que no les importara el otro. El sueco es completamente opuesto, no te va a decir todo lo que piensa y se lo va a guardar. Es muy medido”, añadió Nicolás Ortega. Incluso destacó que existe una palabra en sueco que es “Lagom” y significa “ni mucho ni poco, lo justo”.
“Ese término lo aplican a todo. A las relaciones o a la comida. Todo es muy medido. Son muy neutros y lo han mantenido a lo largo de su historia, de hecho es un país que no ha participado en guerras”, manifestó Ortega.
A más de 13 mil kilómetros de Argentina, el becario no sigue mucho las noticias del país porque, en primer lugar, le cuesta seguirlas y, en segundo lugar, porque siempre ve “lo mismo”. Dice: “Vivi 30 años y siempre vi crisis y diferencias, es como una serie que ya te aburre”.
“Por otro lado Suecia es un país socialista y donde el socialismo funciona, por eso me hace mucho ruido y hay cosas que no puedo entender. Aquí también la educación y la salud son públicas, y pago mucho de impuestos sin ser millonario pero las cosas funcionan”.
En relación al manejo de la pandemia en ese país, el investigador explicó: “En Suecia siempre hubo recomendaciones, nunca usamos tapabocas obligatorio. El trabajador nunca tuvo la obligación de ir al trabajo si el empleador le permitía trabajar desde casa”, destacó Ortega.
“En mi caso elijo que si el gobierno adoptó esas medidas es porque si mañana yo necesitaba una cama de un hospital iba a tener acceso”, reflexionó.
De todas formas, en Suecia también cerraron discotecas y bares, pero era posible ir a comer a un restaurante, donde había mesa por medio una “x” y los niños fueron a la escuela normalmente, aunque el ministro de Salud pidió disculpas públicamente porque murió mucha gente en los centros para adultos mayores.
“No había restricciones de viaje, viviendo en Suecia no necesitaba pruebas de PCR para ingresar. Siempre pude hacerme el test gratuito. Ahora tengo las dos dosis de Pfizer y cuando vuelva me aplicaré la tercera, que de todas formas está recomendada”, reseñó Nicolás .
Si bien actualmente el gobierno ha impuesto algunas restricciones, la mayoría son recomendaciones y, según el argentino, los suecos son sumamente respetuosos con ellas. De todas formas, señaló que en el metro o en el aeropuerto la mayoría de la gente no usa barbijo.
“Los suecos son muy buenos para la música, hay muchas bandas reconocidas internacionalmente que son suecas como Abba y Roxette y hay una industria musical bastante fuerte, de hecho Spotify es sueca”.
También hay mucha presencia sueca en el pop mundial y varios temas conocidos internacionalmente son de compositores suecos como “Baby one more time” interpretada por Britney Spears, del compositor sueco Max Martin.
“Respecto a la comida, es bastante básica y no es tan elaborada. Es simple, se come mucho salmón de Noruega que es muy rico y accesible”, manifestó Nicolás .
Además se comen arenques, peces forrajeros del III milenio a.C., y mariscos. Al ser un conjunto de alrededor de 33 mil islas, Suecia tiene mucha tradición de comidas de mar.
También se usa mucho la papa en la comida porque fue un país que antes no estaba bien económicamente y han quedado algunos platos típicos de esa época.
Por otro lado, una buena parte de la población que es vegana o vegetariana, entonces hay muchas ofertas gastronómicas de ese estilo en cualquier lugar, aunque en los restaurantes el menú es más bien acotado y no hay tantas opciones. Otro de los platos tradicionales son las albóndigas, por lo general de carne de alce.
Otro plato tipico es uno compuesto por papas, panceta, salchichas y huevos, y proviene de la época en que Suecia era muy pobre y se hacía un “rejunte” de cosas.
La educación es pública y gratuita desde el primer año hasta la Universidad, "inclusive siendo europeo podes acceder", cuenta Nicolás, y aclara: "El transporte también es público pero no es gratuito".
En el colegio les dan de comer a los chicos, y tienen distintos menúes preparados por nutricionistas. Además no tienen que llevar nada al colegio ya que les dan útiles, cuadernos y libros.
También, al menos en Estocolmo, se aprende inglés y luego hay colegios españoles, ingleses o franceses, al menos en Estocolmo, donde los chicos reciben educación en ese idioma y en inglés.
"Después, hay programas escolares donde si tu lengua materna es arabe o español te brindan clases extras para que puedas aprender el idioma de tus padres además de la educación en sueco y en inglés", explica el investigador argentino.
Para los inmigrantes hay un programa que se llama “SFI” (Sueco para los Inmigrantes”) "donde gratuitamente te registrás y podes aprender el sueco, además de ofrecerte capacitaciones para poder insertarte en el mercado laboral o capacitaciones específicas. Todo gratuito".
Pero Suecia tiene una particularidad que quizás no les agrade a todos. El invierno tiene alrededor de cuatro horas de luz por día. A las nueve de la mañana es de día y a las tres de la tarde está oscuro de nuevo, mientras que en el verano hay sol durante casi todo el día. A las once de la noche oscurece y a las tres de la mañana sale el sol nuevamente. “Los pájaros cantan a las tres de la mañana pero te acostumbrás porque tenes las cortinas blackout”, aclara Nicolás .
Por último, el becario del Instituto Karolinska destacó que “se nota mucho también el cambio climático".
"En algunos años hay un montón de nieve y en otros prácticamente no nieva , o en el verano hace más calor que lo esperable. Han pasado veranos donde hacía más calor en Suecia que en España”, concluyó.