Los casos de personas internadas por el consumo de cocaína adulterada, que dejó al menos 20 muertos y más de 70 personas hospitalizadas, generó colapsos en algunas guardias de hospitales del conurbano bonaerense y otro tipo de incidentes como el que pasó en las inmediaciones del hospital San Bernardino de Hurlingham cuando un grupo de jóvenes atacó a un patrullero.

Según trascendió, al enterarse de la muerte de una de las personas que había ingresado en grave estado al nosocomio algunos de sus familiares patearon y apedrearon al vehículo, saltaron encima del techo y arrojaron cemento sobre el parabrisas. Finalmente, otras personas allí presentes alejaron a los agresores de la escena en medio de un marco de gritos y llantos desconsolados.

En relación al cas el fiscal general del departamento judicial San Martín, Marcelo Lapargo, a cargo del caso, consideró que aunque podría tratarse de un ajuste de cuentas entre bandas narco se trata de un hecho “absolutamente excepcional”.

En declaraciones a distintos medios, Lapargo apuntó que "puede ser un ajuste de cuentas pero es conjetural. Yo digo que esto es absolutamente excepcional, no es algo que suceda habitualmente para que yo pueda compararlo con otro caso y decirle ‘esto es lo que pasa en un ajuste de cuentas entre bandas’, porque no hay antecedentes”.

Los investigadores creen que el alcaloide podría haber estado mezclado con algún tipo de veneno o "fraccionado" con alguna otra sustancia. 

Hasta el momento, diez personas fueron detenidas en allanamientos realizados en el asentamiento Puerta 8, en el Partido de Tres de Febrero.