

“Todos los que en la Iglesia estamos llamados a ser pastores, no podemos desviarnos de este modelo si no queremos convertirnos en mercenarios. El pueblo de Dios tiene un olfato infalible para reconocer a los buenos pastores y distinguirlos de los mercenarios”, afirmó el papa Francisco durante una ceremonia de beatificación.
El pontífice presidió la beatificación de cuatro italianos y dos indios: Giovanni Antonio Farina (1803-1888); Kuriakose Elias Chavara della Sacra Famiglia (1805-1871); Ludovico da Casoria (1814-1885); Nicola da Longobardi (1650-1709); Eufrasia Eluvathingal del Sacro Cuore (1877-1952); Amato Ronconi (ca 1226-ca 1292).
Durante su discurso, Francisco apeló a la “cercanía y ternura” para afirmar que son las máximas que deben guiar a los pastores de la Iglesia Católica, siguiendo el modelo de Jesucristo.
Según el pontífice, el modelo que debe ofrecer la Iglesia es el de dedicarse sin reposo al servicio de pobres, enfermos, ancianos y peregrinos.
Tras la ceremonia, el papa Francisco rezo el Ángelus junto con el resto de católicos asistentes, no desde la ventana del palacio apostólico como es habitual, sino desde la plaza de San Pedro, desde donde ofrece sus discursos en las Audiencias de los miércoles.
También como en esos días, al finalizar el acto Bergoglio recorrió en su vehículo la plaza vaticana para saludar y bendecir a sus fieles.